¿La hora en que vas a dormir podría afectar tu mente, e incluso causar demencia? Los expertos indican que la importancia del descanso adecuado va más allá de estar alertas al día siguiente. 

Los especialistas indican que el hecho de que se pueda funcionar con un sueño limitado no significa que deba de hacerlo. 

Un estudio en que se dio seguimiento a más de 8 mil personas a través de 30 años halló que escatimar el sueño en la edad media, puede aumentar de manera significativa el riesgo de desarrollar demencia en la tercera edad.

“Este es un estudio muy importante porque esclarece una importante variable, la corta duración del sueño, la cual está asociada con el desarrollo de la demencia”, dice Harneet Walia, M.D., directora médica de medicina del sueño en Miami Cardiac & Vascular Institute.

El estudio halló que las personas en sus 50 y 60 que duermen menos de 6 horas cada noche, tenían un 30 por ciento más de riesgo de que en la tercera edad se les diagnostique demencia; a comparación que quienes duermen por siete horas al día. 

La doctora Walia apuntó que a veces las personas no reconocen las consecuencias de la alteración del sueño, ya que llegan a acostumbrarse, pero estas pueden ser extensas. 

Los investigadores precisan que a corto plazo, el tener un sueño inadecuado puede afectar el humor y la concentración de las personas, a lo cual se puede estar dispuesto por tener unas horas más de tiempo diario. 

Pero a largo plazo, se asocia con una amplia gama de consecuencias indeseables, como afectaciones a la salud cardiovascular, la presión sanguínea, la obesidad, la diabetes, la salud mental y la función inmunológica. 

¿Por qué un tiempo corto de sueño podría relacionarse con la demencia?

El estudio fue publicado en la revista Nature Communications, donde ofrece evidencia del vínculo entre la corta duración del sueño y la demencia. 

Los investigadores dieron seguimiento a sujetos por más de 25 años, y tomaron en cuenta variables como el tabaquismo, la actividad física, el índice de masa corporal, los hábitos alimenticios y condiciones médicas como la diabetes y la enfermedad cardiaca. 

También separaron a quienes tenían enfermedades mentales como depresión, que están fuertemente vinculadas a los trastornos del sueño. 

Durante el tiempo que duró el estudio, 521 participantes fueron diagnosticados con demencia alrededor de los 77 años de edad. 

Los científicos explican que la relación entre la falta de sueño, con un declive cognitivo y la demencia puede darse porque se obstruye la oportunidad de que el cerebro limpie toxinas. 

Lo cual se respaldaría con hallazgos como que en personas con Alzheimer, los niveles de amiloides en el líquido cerebroespinal, una proteína que se acumula y forma placa; presentan aumentos cuando se altera el sueño. 

Al dormir, el líquido que fluye en el cerebro ayuda a vaciar el exceso de proteínas, por lo que un periodo más corto puede derivar en la acumulación. 

Otra teoría apunta que entre más tiempo se permanece despierto, las neuronas producen más amiloides al estar activas.

Los investigadores aclaran que aún se necesitan más estudios para entender el mecanismo biológico preciso o la combinación de estos; pero recomiendan dormir lo suficiente para mejorar la salud y bienestar en general.

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