Las noticias sobre salud mental abundan en los medios de comunicación al ser una preocupación cada vez más presente entre los españoles. La forma en la que esta se aborda puede contribuir a la concienciación, por lo que resulta fundamental saber cómo evitar estereotipos, estigmas…
Para establecer unas bases sobre el tratamiento de salud mental en los medios de comunicación, la Federación de Organismos de Radiotelevisión Autonómica (FORTA) y la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) han elaborado un decálogo de recomendaciones para profesionales y periodistas.
El presidente de la SEPSM, Manuel Martín Carrasco, ha alertado de que, en España, y especialmente a raíz de la pandemia de la Covid19, cada vez se dan más los trastornos relacionados con la salud mental.
“Este incremento no va acompañado de un aumento correlativo para los recursos (humanos y asistenciales) para tratar y abordar esta situación”, sostiene el doctor.
Por ello, el especialista considera imprescindible la implicación de los medios públicos de comunicación social, que pueden ayudar a liderar la sensibilización sobre estos problemas de salud mental y fomentar un uso correcto del lenguaje.
“Lo interesante es ayudar a nuestros informadores a hacer bien su trabajo al tiempo que alivian esta problemática utilizando un lenguaje preciso, que destierre prejuicios y visiones erróneas sobre la salud mental”, destaca el presidente de FORTA, Mariano Caballero.
El decálogo según el presidente de FORTA es más que un código de buenas conductas, es un texto instructivo y pedagógico que ayuda a comprender mejor la salud mental y evitar errores.
Recomendaciones para periodistas en el abordaje de la salud mental
- Procura estar bien informado a través de fuentes psiquiátricas serias, fiables y actualizadas: Los trastornos psiquiátricos tienen una naturaleza muy heterogénea en términos de importancia y gravedad. Evita generalizaciones abusivas o sin comprobar. Evita propagar estereotipos, prejuicios y falsas creencias.
- Si no es imprescindible, aleja los asuntos psiquiátricos de la crónica de sucesos. No prejuzgues la causa del hecho centrando la información en la enfermedad mental, muestra todas las circunstancias contextuales. Evita titulares morbosos.
- Utiliza un lenguaje y una terminología correctos y no excluyentes. Evita etiquetas, estigmatizaciones, presentaciones sensacionalistas y términos peyorativos: (“perturbado”, trastornado”, “loco”…).
- No solo las palabras importan. Cuida también la idoneidad y la oportunidad de las imágenes que utilizas. No mezcles la salud mental con otros tipos de discapacidades o enfermedades para ilustrar las informaciones.
- Ten en cuenta la vulnerabilidad de los pacientes psiquiátricos, pero no sobredimensiones sus limitaciones. Destaca debidamente los aspectos positivos de las personas con problemas mentales. Respeta sus variantes de pensamiento o conducta.
- Respeta y protege la vida privada de los pacientes, sus familiares y allegados. Habla de ellos en primera persona (por ejemplo, “pacientes con esquizofrenia o depresión”) y no en tercera (“esquizofrénicos” o “depresivos”), sustantivando su condición solo conseguirás etiquetar y estigmatizar a la persona.
- Da información buena y veraz sobre el trastorno o enfermedad de que se trate. Da voz a los especialistas, pero también a los afectados y a sus allegados. Apoya la recuperación de los pacientes y la lucha por sus derechos. Evita una visión lastimera y que despierte compasión o paternalismo.
- Evita el uso metafórico de las enfermedades mentales para referirte a la actualidad (por ejemplo, las políticas “esquizofrénicas” o “demenciales” de tal o cual partido, etc.). Por cierto: evita el uso político tendencioso de la psiquiatría o de la salud mental (hasta donde se sabe, ha servido de poco).
- Informa de modo responsable cuando tengas que hacerlo sobre el suicidio.
- Recuerda: la asociación enfermedad mental-violencia contra otros es falsa. El riesgo de violencia se asocia más a la psicopatía. La generada por pacientes psiquiátricos es minoritaria y la realidad es más bien la contraria: algunos pacientes psiquiátricos se autolesionan o suicidan. Y no pocos son víctimas de la violencia o el maltrato de terceros.