Un estudio de la Universidad de Birmingham reveló que bebidas ricas en flavanoles, como el café, el té y el cacao, pueden atenuar los efectos cardiovasculares negativos asociados a una vida sedentaria, una condición cada vez más extendida en las sociedades modernas.
La investigación se realizó con 40 hombres de entre 18 y 34 años, divididos según su nivel de condición física, alto y bajo. Ambos grupos fueron sometidos a un periodo prolongado de inactividad, diseñado para reproducir las consecuencias fisiológicas de permanecer sentado durante muchas horas.
Antes de iniciar la sesión de sedentarismo, los participantes ingirieron una bebida de cacao, conocida por su alto contenido de flavanoles. Estos compuestos, presentes de forma natural en frutas y vegetales, poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a proteger las células del daño y del envejecimiento.
Durante todo el experimento, los investigadores evaluaron la hemodinámica de los voluntarios, analizando el comportamiento y el flujo de la sangre antes, durante y después del periodo de inactividad. Las mediciones permitieron comparar el impacto del sedentarismo con y sin la influencia de los flavanoles.
Los resultados mostraron que el consumo de estas sustancias antes de permanecer sentado ayudó a preservar la función endotelial, es decir, el correcto funcionamiento de la capa de células que recubre los vasos sanguíneos. “Hemos demostrado por primera vez que los flavanoles, consumidos justo antes de un período de sedentarismo, son eficaces para proteger la función vascular”, señalaron los autores.
El beneficio se observó tanto en hombres con buena condición física como en aquellos con niveles más bajos, lo que refuerza la relevancia de esta estrategia dietética de manera transversal. Según el estudio, los alimentos ricos en flavanoles podrían contrarrestar la disfunción endotelial inducida por largos periodos de inactividad, una alteración que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El hallazgo abre una vía complementaria para mitigar los daños del sedentarismo, aunque los investigadores subrayan que no sustituye la necesidad de actividad física regular, sino que actúa como un apoyo adicional frente a uno de los principales problemas de salud contemporáneos.










