Hace dos décadas (entre 2004 y 2008) el cáncer no relacionado con el sida afectaba al 11 % de las personas con VIH y la principal causa de muerte era las complicaciones relacionadas con el virus, que suponían el 42 % de los fallecimientos. Este porcentaje ha descendido al 17 % gracias a los tratamientos antirretrovirales y el aumento de la esperanza de vida de los afectados.
Por otra parte, las muertes por enfermedad cardiovascular casi se han cuadriplicado en estas dos décadas, de forma que si en el periodo de 2004 a 2008 eran de un 2 %, de 2019 a 2023 ya representaban un 7 %.
Hepatitis C
Y desde hace más de 40 años la hepatitis C ha sido una infección muy presente entre las personas con VIH.
Sobre ello, el estudio, además de destacar que el cáncer es la causa principal de muerte entre las personas que conviven con VIH, hace hincapié en el descenso en las enfermedades del hígado.
En este sentido, indica que hace dos décadas las patologías hepáticas constituían un 11 % de las causas de muerte, en tanto que ahora representan un 4 %.
El motivo de la disminución es el uso generalizado de los antivirales de acción directa para tratar y eliminar la hepatitis C.
Seguimiento en varias etapas
En el estudio han participado profesionales que en su mayoría son socios del Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (GeSIDA). Desempeñan su labor en 48 centros de 14 autonomías y forman parte de CoRIS y de la Unidad de Coordinación de CoRIS, plataforma que se encuentra en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
Para elaborar el estudio los investigadores han recopilado
-Cohorte de la Red de Investigación en SIDA- para calcular la evolución anual de la distribución de las características sociodemográficas y clínicas, el uso de antirretrovirales, así como los regímenes prescritos tanto a las personas sin tratamiento previo como en seguimiento activo.
Asimismo, han calculado las tasas de mortalidad por 1.000 personas y la distribución de las causas de muerte en varias etapas: de 2004 a 2008; de 2009 a 2013; de 2014 a 2018; y de 2019 a 2023.
Radiografía de los participantes
A finales de 2023, la cohorte CoRIS había incluido a 20.336 personas de 48 centros, con una mediana de seguimiento de 6,1 años. Y, en comparación con 2004, los reclutados en 2023 fueron sobre todo hombres (88,2 % frente a 77 %), nacidos fuera de España (59,3 % frente a 36,9 %), principalmente en Latinoamérica (47,6 frente 14,7 %), y adquirieron el VIH en relaciones sexuales entre hombres (69,2 frente 40 %).
La proporción de personas con inmunodeficiencia definida por una cifra de linfocitos por debajo de 350 o con diagnóstico de SIDA disminuyó del 50,9 % en 2004 al 45,6 % en 2023.
En 2004, el 8,9 % de los participantes tenían 50 años o más, proporción que fue del 34,4 % en 2023.
Y si en 2004 el 44,6 % estaba en terapia antirretroviral, en 2023 el porcentaje era casi del 100 %, el 97,9 % en 2023, según el estudio publicado por GeSIDA.