El explorador InSight de la NASA registró cientos de eventos sísmicos en la región del planeta rojo donde se encuentra, pero decenas pasaron desapercibidos y un estudio recupera los datos sobre ellos.
Aunque es muy silencioso en la superficie, Marte produce ruidos de origen sísmico en sus profundidades. Gran parte de las ondas de esta clase pasaban inadvertidas hasta que un reciente estudio llevado a cabo en una colaboración chino-australiana, registró 47 eventos previamente desconocidos y los calificó de ‘martemotos’.
Los geofísicos Weijia Sun, de la Academia de Ciencias de China, y Hrvoje Tkalcic, de la Universidad Nacional de Australia, procesaron los datos de la sonda robótica InSight de la NASA sobre la actividad sísmica en el planeta rojo grabados desde noviembre del 2018. Hasta la fecha, InSight ha detectado en Marte cientos de seísmos y todos parecían haber ocurrido durante la oscuridad nocturna, destacó Tkalcic para un comunicado.
Al aplicar a este conjunto de datos dos técnicas de análisis geofísico no convencionales, los investigadores descubrieron que los sismos ocurrían en todo momento a lo largo del día marciano. Este nuevo conocimiento descarta la influencia del Sol y de la luna marciana Fobos como factores clave de la actividad sísmica y hace prestar más atención al vulcanismo y la supuesta capa de roca fundida dentro de Marte, cuya existencia no estaba evidente para los científicos antes de la misión de InSight.
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Sun y Tkalcic atribuyen las ondas que registraron al movimiento repetitivo del magma en el manto marciano, algo que supone que Marte es más volcánico y sísmicamente activo de lo que se pensaba.
A partir de los nuevos registros, “podemos suponer que el movimiento de roca fundida en el manto marciano es el desencadenante de estos 47 martemotos recién detectados debajo de la región de Cerberus Fossae”, afirmó Tkalcic, en referencia a varias fisuras casi paralelas (fosas de Cerbero) que se extienden a lo largo de 1.235 kilómetros de la corteza marciana.
El planeta tiene un campo magnético muy débil, algo que apunta, en teoría, a los escasos fluidos giratorios y de convección en su interior y también a que carece de un conductor eléctrico que convierta la energía cinética en la magnética, expandiendo el campo magnético hacia el espacio. Sin embargo, el movimiento interno es un hecho y los sismos dan prueba de ello.
“Comprender el campo magnético de Marte, cómo evolucionó y en qué etapa de la historia del planeta se detuvo es obviamente importante para futuras misiones”, valoró Tkalcic, destacando el interés que representa esta cuestión para las posibles misiones tripuladas y la eventual colonización del planeta rojo.
Un artículo científico sobre los 47 sismos con autoría de ambos científicos mencionados fue publicado a finales de marzo.