Arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) encontraron ocho huevos de avestruz, de hace más de 4.000 años, junto a los restos de una fogata en el desierto del Néguev, al sur del país. Uno de los huevos estaba dentro del pozo de fuego, por lo que se cree que fueron recolectados intencionalmente y llevados al lugar. El sitio está ubicado en un campamento, de aproximadamente 200 metros cuadrados, que puede tener hasta 7.500 años de antigüedad, anunciaron científicos, informa The Jerusalem Post.

Un hallazgo especial

Según Lauren Davis, directora de excavaciones de la AAI, el sitio “fue utilizado por los nómadas del desierto desde tiempos prehistóricos”. Se encontraron piedras quemadas, pedernal y herramientas de piedra, así como fragmentos de cerámica, “pero el hallazgo verdaderamente especial es esta colección de huevos de avestruz. Aunque los nómadas no construyeron estructuras permanentes en este sitio, los hallazgos nos permiten sentir su presencia en el desierto”, explicó.

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“Después de la excavación, reconstruiremos los huevos, como un rompecabezas”, aseveró. “El huevo completo puede decirnos la especie y exactamente para qué se usaron. ¡En lo que a mí respecta, cada cáscara de huevo vale su peso en oro!”, recalcó. “Este es un hallazgo muy importante que, con la ayuda de los métodos científicos modernos, puede enseñarnos mucho sobre los pueblos nómadas del desierto en la antigüedad”, enfatizó Davis.

Se piensa que los avestruces eran bastante comunes en el área desde tiempos anteriores al hallazgo, hasta que se extinguieron en la zona en el siglo XIX. Según Davis, el hecho de que quedaran cubiertos por dunas permitió la “preservación excepcional de los huevos”. De esta forma, los arqueólogos han tenido la oportunidad de “vislumbrar la vida de los nómadas que vagaban por el desierto en la antigüedad”.

Los muy versátiles huevos de avestruz

“Encontramos huevos de avestruz en sitios arqueológicos en contextos funerarios, y como artículos de lujo y cantimploras”, dijo Amir Gorzalczany de la IAA. “Naturalmente, se usaban como fuente de alimento; ¡un huevo de avestruz tiene el valor nutricional de unos 25 huevos de gallina normales!”, subrayó.

Algunos de los huevos descubiertos estaban decorados, lo que indica su valor ceremonial. “Es interesante que, si bien los huevos de avestruz no son infrecuentes en las excavaciones, no se encuentran los huesos del ave”, explicó Gorzalczany. “Esto puede indicar que, en el mundo antiguo, la gente evitaba enfrentarse al avestruz y se contentaba con recoger sus huevos”.

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