Un equipo de oceanógrafos y biólogos marinos dirigido por el Instituto de Investigación de los Museos Victoria (MV), en Australia, descubrieron una deslumbrante variedad de peces y criaturas extrañas, habitantes de las profundidades abisales del océano a más de 5.500 m, informó Australian Broadcasting Corporation (ABC), el viernes pasado. La expedición, a bordo del buque Investigador, comenzó el 30 de septiembre en un área de 740.000 kilómetros cuadrados alrededor de las islas Cocos y Navidad, a 2.500 km de la costa occidental de Australia, y durante 35 días de exploración realizó dichos estudios.
“Estamos realmente entusiasmados con la perspectiva de descubrir nuevas especies, tal vez incluso nuevas ramas del árbol de la vida, que hasta ahora han permanecido ocultas bajo las olas en esta región inexplorada”, comentó Tim O’Hara, curador principal de invertebrados marinos de MV, antes de iniciar la exploración.
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Festival de rarezas
La tripulación informó que había recolectado un gran ‘tesoro’ de especies después de muestrear hábitats con pequeñas redes de arrastre. O’Hara estima que hasta un tercio de estas especies pueden ser nuevas para la ciencia. Esto incluye un tipo potencialmente nuevo de anguila de brosmio ciego, con piel suelta, pegajosa y transparente. Dianne Bray, administradora de las colecciones de MV, comentó a ABC que “estos peces tienen ojos realmente reducidos […] como pequeñas depresiones doradas en la piel. Tienen una piel gelatinosa, flácida y muy floja, y son increíblemente raros”.
Entre las rarezas, encontraron también un ejemplar de pez murciélago de aguas profundas. Esta extraña criatura avanza arrastrando sus grandes ‘pies’ por el fondo del mar sobre pequeñas y gruesas patas de aleta.
“Estos son pequeños parientes del rape. Tienen un pequeño señuelo que se asienta en una depresión en su hocico que en realidad pueden mover para atraer presas y esencialmente caminan por el suelo con sus brazos y piernas modificados”, explica Bray.
Otro pez interesante fue atrapado con un anzuelo, y presentó aletas zancudas extrañamente alargadas, con las que puede flotar sin esfuerzo justo por encima del fondo del mar, esperando saltar sobre presas desprevenidas debajo.
Los equipos también descubrieron un cangrejo ermitaño usando, como caparazón, un coral zoantario colonial de aguas profundas. Estos pegajosos corales blandos tienden a incorporar arena u otros pedazos de materiales que se encuentran por ahí para darles cierta estructura, incluidos los cangrejos.
También tuvieron oportunidad de estudiar la vida marina a nivel superficial. Los investigadores fotografiaron peces voladores que, según sus estimaciones, pertenecen al menos a seis especies, según explicó el biólogo de peces de MV, Yi-Kai Tea, quién compartió sus impresiones del viaje.
Análisis final
Una vez que el barco regrese a tierra firme, las criaturas muestreadas serán estudiadas por taxónomos que se especializan en diferentes grupos de animales para confirmar su identidad o describir nuevas especies, utilizando el ADN extraído de los animales como fuente vital de información. “Los resultados de la investigación de este viaje serán invaluables para nuestra comprensión de los ambientes de aguas profundas de Australia, y el impacto que los humanos están teniendo en ellos”, explicó en un audiovisual el director ejecutivo de MV, Lynley Crosswell.