Un equipo internacional de investigadores dirigido por el Museo de Historia Natural de Londres está utilizando rocas antiguas de Australia Occidental para guiar a los científicos hacia las muestras en Marte que tienen más probabilidades de contener signos de vida pasada. Al comprender las morfologías y microestructuras de estos estromatolitos, considerados las evidencias más antiguas de vida en la Tierra, los científicos estarán mejor equipados para identificar muestras similares en la superficie marciana, que también podrían haber tenido signos de vida, comunicaron el pasado viernes.

Los investigadores utilizaron una variedad de técnicas analíticas de alta resolución para obtener imágenes de las microestructuras de tales rocas, ubicadas en la Formación Dresser, al oeste de Australia. Estos son considerados los estromatolitos más antiguos de la Tierra, de hace unos 3.480 millones de años.

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Aunque no se encontraron microfósiles ni materiales orgánicos, si pudieron distinguir estructuras mineralizadas con muchas características consistentes con la vida biológica, como son las laminaciones abovedadas. Este tipo de topografía es indicativo de un crecimiento biológico derivado de la fotosíntesis primitiva hacia una fuente de nutrientes y energía. Las estructuras en empalizada que observaron también guardan relación con los ordenamientos que se forman como resultado del crecimiento microbiano en los organismos modernos, sostienen en su estudio.

El Dr. Keyron Hickman-Lewis, del Museo de Historia Natural, explicó que “si un arqueólogo descubriera los cimientos de una ciudad en ruinas, sabría, no obstante, que fue construida por personas porque tendría todas las características de haber sido construida por personas: puertas, caminos y ladrillos”. Hickman-Lewis dijo que, de la misma manera, existen numerosos elementos estructurales propios de los estromatolitos que permiten identificar sus procesos de formación y decodificar sus orígenes. “Casi podemos ser arqueólogos en el tiempo profundo”, subrayó.

Al comprender mejor los rastros más antiguos de vida en la Tierra, los científicos podrán usarlos como materiales comparativos de posibles rastros de vida en Marte. Se piensa que hace más de 3.000 millones de años, el cráter Jezero, en Marte, habría albergado un enorme lago que podría haber proporcionado un hábitat para la vida. Dado que el róver Perseverance está explorando activamente ese lugar en busca de vida, este conocimiento permitiría utilizar su sofisticado equipamiento para encontrar estromatolitos.

La profesora Caroline Smith, jefa de colecciones de ciencias de la Tierra en el Museo de Historia Natural y coautora del artículo publicado en Geology sostiene que, “usando cámaras instaladas en Perseverance, científicos como Keyron pueden identificar muestras potenciales, con características vistas en estromatolitos aquí en la Tierra, antes de usar la carga útil científica del róver para investigar con mayor detalle. Al perfeccionar este proceso aquí en la Tierra, estamos aumentando nuestras posibilidades de encontrar vida en Marte”.

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