El auge de las plataformas digitales ha disparado el consumo de contenido audiovisual. Hoy en día se ha convertido en rutina navegar por un catálogo infinito y hacer maratón de series. El visionado compulsivo tiene efectos negativos para la memoria y para la atención, lo que explica porqué olvidamos con frecuencia las series que vemos.
Expertos de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) nos explican dos fenómenos que surgen cuando haces maratón de series, “memoria de pez” y “efecto túnel”, y advierten de sus consecuencias cognitivas y culturales.
“Memoria de pez”: memoria saturada
El fenómeno “memoria de pez” hace referencia a no recordar nada cuando empieza una nueva temporada de la serie. Esto se produce por el “consumo en maratón” o ver muchos capítulos en poco tiempo.
Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC e investigadora en distribución de contenidos audiovisuales en plataformas de streaming, explica que “ver muchos capítulos de golpe influye sobre dos procesos básicos sobre los que se construyen nuestros recuerdos”:
Los procesos de codificación de la memoria de nuestro cerebro. Afecta al poder almacenar la información y poder acceder a ella más tarde.
El proceso de enlazar la nueva información con lo que ya está presente en nuestra memoria, ya que “comentar la serie reflexionar sobre ella mientras esperas la siguiente entrega, leer artículos… Todas estas actividades contribuyen a cimentar la memoria a largo plazo sobre bases más sólidas porque las conexiones entre esos estímulos recién recibidos y el backup de tu cerebro son más fuertes”.
Sin embargo, este olvido no es casual, según confirma Juan Luis García Fernández, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC: “No es que tengamos mala memoria, sino que estamos saturando el cerebro con demasiada información, sin darle tiempo a procesarla bien”.
“Para que algo se nos quede en la memoria a largo plazo, necesitamos prestarle atención, entenderlo, relacionarlo con otras cosas de nuestra vida y vincularlo con aspectos emocionales”, añade el experto.
Efecto túnel: cuando el algoritmo piensa por ti
El otro fenómeno es el “efecto túnel”: consumir siempre el mismo tipo de contenido a pesar de contar con un gran catálogo para elegir.
Esto se debe al algoritmo de las plataformas. “La personalización algorítmica no deja de ser un filtro que hace predicciones sobre lo que cree que va a gustar”, sostiene Neira.
El cerebro sigue la tendencia de repetir patrones que ya han funcionado. “Buscamos ver cosas que nos gusten, y qué mejor manera que cosas parecidas a las que nos han gustado”, explica García Fernández.
Los algoritmos refuerzan este efecto al ofrecernos títulos similares a los que ya nos gustaron, lo que activa la dopamina (asociada al placer y a la motivación) y centra nuestra atención solo en lo familiar.
Todo esto genera esa especie de “visión de túnel, donde solo vemos una parte del catálogo, la que el algoritmo nos sugiere, pero también la que más encaja con nuestros gustos”, concluye el experto.
Según García Fernández hay dos tipos de atención:
- La dirigida por los algoritmos (bottom-up). Al buscar contenido, algo ‘resalta’ por encima de lo demás, ya sea porque hemos visto esa serie promocionada o porque el título o el cartel nos puedan gustar, y es entonces cuando elegimos verlo.
- La voluntaria (top-down). Requiere esfuerzo y se activa cuando decidimos buscar algo nuevo, explorar el catálogo y comparar opciones.
Consecuencias de ver siempre lo mismo y cómo elegir mejor
Ver contenido similar puede limitar la plasticidad cerebral. “Si todo lo que vemos es predecible, la adaptación a nuevos retos y aprendizajes se reduce”, explica el experto.
Sin embargo, consumir series fuera de la zona de confort, añade, “permite activar regiones frontales relacionadas con el pensamiento crítico, el aprendizaje de nuevas informaciones, e incluso potenciar nuestra reserva cognitiva”.
La profesora de la UOC señala que la competencia entre plataformas ha multiplicado la oferta, pero no ha mejorado las decisiones de consumo. Estas aplicaciones saben que el mejor usuario es el que consume mucho contenido, lo que hace más difícil captar la atención, por ello diseñan sus catálogos para engancharlo.
Por último, en cuanto a la calidad de contenido, ésta no ha disminuido, pero la experta sí remarca la existencia de una “mayor proliferación de series de tramas menos complejas”.
Ambos expertos coinciden en un punto clave: es necesario recuperar el control. Espaciar el tiempo frente a la pantalla, elegir con criterio, salirse de las recomendaciones automáticas y comentar lo visto enriquece la experiencia y protege la salud cognitiva.










