Un equipo internacional de astrónomos ha identificado la “pareja de asteroides” más joven que “pasa cerca de la órbita de la Tierra”. Los cuerpos celestes se separaron hace apenas 300 años de su cuerpo original y sus propiedades son aún difíciles de describir debido a su corta edad, informó el el Observatorio Lowell en EE.UU.
El nuevo estudio, el cual fue publicado a inicios de este mes en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, complementa una investigación previa realizada en 2019, cuando se descubrieron los dos asteroides próximos a la Tierra (NEA, por sus siglas en inglés), identificados como 2019 PR2 y 2019 QR6, los cuales tienen órbitas similares alrededor del Sol. El más grande de los asteroides mide aproximadamente un kilómetro de diámetro, mientras el otro mide aproximadamente la mitad del primero.
¿Cómo se formaron?
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Peter Fatka, del Instituto Astronómico de la Academia Checa de Ciencias, fue el encargado de dirigir la investigación, donde se emplearon múltiples técnicas de modelado a partir de observaciones anteriores hechas por diversos telescopios. Así los científicos consiguieron determinar que la pareja de asteroides se separó de un cuerpo principal único hace unos 300 años y que actualmente están a un millón de kilómetros el uno del otro.
Los resultados respaldan la hipótesis de su origen común, pero aún hay discrepancias sobre si estos derivaron de un cometa o un asteroide más grande, ya que los modelos estándar de formación de pares de asteroides por fisión rotacional (desintegración de un asteroide en nuevos cuerpos) no pudieron explicar por completo las propiedades de ambos objetos.
Ante estas observaciones, los científicos desarrollaron nuevos modelos en los que se asume que el cuerpo principal era un cometa, cuya desgasificación pudo haber expulsado a ambos objetos a su posición orbital actual.
Sin embargo, “en la actualidad, los cuerpos no muestran actividad cometaria”, explicó el investigador Nicholas Moskovitz, quien considera un misterio cómo estos dos asteroides “pudieron haber pasado de un solo cuerpo principal a objetos activos individuales, al par inactivo que vemos hoy en solo 300 años”.
“Para tener una mejor idea sobre qué proceso causó la desintegración del cuerpo principal, tenemos que esperar hasta 2033, cuando ambos objetos estarán nuevamente al alcance de nuestros telescopios”, concluyó Fatka.