Volver a la rutina en septiembre no solo es positivo, sino que es necesario después de un periodo de vacaciones donde ha primado el ocio y el disfrute sin ser esclavos de los horarios. Lo ideal es retomar la rutina de forma progresiva para sobrellevar el síndrome postvacacional o periodo de adaptación.

“Venimos de una rutina de ocio, de descanso y de disfrute. Cuando cambiamos una rutina mantenida en el tiempo el cuerpo se revela y pregunta ¿Qué está pasando? A pesar de que el cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación, la mejor manera de volver a la rutina diaria es de forma progresiva”, indica el psicólogo Tomás Santa Cecilia de cara al mes de septiembre.

El experto señala cuatro puntos básicos sobre los que debemos asentar la vuelta a la normalidad:

  • Volver a la rutina de forma progresiva. Poco a poco tenemos que adaptar nuestros horarios de sueño y comida. Retomar la costumbre es esencial y hacerlo paulatinamente es de gran importancia. La forma de verificar la reinstauración de la rutina es a partir de estos horarios.
  • No debemos volver directamente al trabajo. Antes de retomar la rutina laboral, la vuelta a casa debe ser con margen de tiempo, para la adaptación
  • La agenda laboral también debe ser progresiva. En el ámbito del trabajo la carga también debe asimilarse de forma progresiva.
  • Descanso real. El descanso va más allá de las horas de sueño. Si elegimos hacer actividades deportivas, viajes largos o, en otras palabras, concentrar muchas actividades en un margen de tiempo limitado, estamos renunciando a la esencia del descanso. Por ello, y para contrarrestar el ritmo frenético de nuestro día a día, debemos recurrir al “descanso pausado”, aquel definido por el no hacer nada.

Los beneficios de la rutina

Muchas veces es inevitable sentir el síndrome postvacacional por la nostalgia de un periodo sin grandes obligaciones, pero la vuelta a la rutina en septiembre, como mes emblemático, tiene sus beneficios, especialmente cuando se incorporan hábitos saludables.

Tanto el cuerpo como el cerebro necesitan desarrollo físico e intelectual. Las sociedades, nos explica el experto, han avanzado por enfrentarse a situaciones complejas y adaptarse a ellas.

Por lo tanto, es bueno tener ciertas actividades que impliquen un cierto desarrollo intelectual.

El ser humano necesita un equilibrio y una conciliación entre el ocio y la rutina, pues de esta manera puede satisfacer la demanda de objetivos, metas y retos. Así, el trabajo permite al ser humano desarrollarse intelectualmente, lo que es una fuente de satisfacción.

“El ser humano necesita objetivos, necesita metas y retos. El trabajo nos permite muchas veces desarrollarnos intelectualmente y esto es una fuente de satisfacción”, explica el psicólogo.

Otro aspecto positivo de la vuelta a la rutina en septiembre es el orden del sueño; el cuerpo humano necesita descansar, desconectar y estar relajado, necesidades para las cuales el mejor remedio es dormir.

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