Más de 100 astrónomos de 18 países, incluidos científicos de la NASA, participaron el año pasado en un ejercicio que utilizó al peligroso asteroide Apophis como ‘conejillo de indias’ para probar la preparación operativa de la comunidad internacional ante el hipotético caso de que un asteroide impacte contra la Tierra en el futuro.

Los resultados del ejercicio se detallan en un estudio publicado el 31 de mayo en la revista Planetary Science Journal.

Apophis es un asteroide de 340 metros de diámetro que se espera pase a tan solo 31.200 kilómetros de la Tierra el 13 de abril de 2029. Tras su descubrimiento inicial en 2004, se temía que podía impactar contra nuestro planeta a finales de esta década, pero tal posibilidad ha sido completamente descartada por observaciones posteriores.

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El nuevo experimento constituyó en eliminar al Apophis de la base de datos de monitoreo de defensa planetaria para comprobar si era posible detectarlo correctamente de nuevo.

El 4 de diciembre de 2020, cuando el asteroide se acercó lo suficientemente a la Tierra, el observatorio Catalina Sky Survey en Arizona (EE.UU.), financiado por la NASA, realizó la primera detección e informó la astrometría del objeto (su posición en el cielo) al Centro de Planetas Menores.

Siguieron otras detecciones del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), con sede en Hawái y financiado por la NASA, además del Telescopio de Exploración Panorámica y el Sistema de Respuesta Rápida (Pan-STARRS).

Al final, no solo se detectó a Apophis durante el ejercicio, sino que sus posibilidades de golpear la Tierra se reevaluaron continuamente a medida que se rastreaba.

Los investigadores creen que las lecciones aprendidas gracias a este tipo de experimentos podrían limitar, o incluso prevenir, la devastación global si en el futuro se desarrolla un verdadero escenario de impacto.

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