El agua mineral es más que simple hidratación: aporta minerales esenciales como calcio, magnesio y potasio, favoreciendo huesos, músculos y equilibrio electrolítico. Sin embargo, no sustituye una dieta equilibrada. Te contamos sus beneficios, diferencias y cómo elegir la mejor según tus necesidades.
El agua mineral es una opción natural que, además de calmar la sed, aporta minerales esenciales gracias a su origen subterráneo. A diferencia del agua común, su composición varía según la fuente, ofreciendo distintos beneficios para la salud.
¿Qué contiene el agua mineral?
Durante su recorrido por capas rocosas, el agua mineral absorbe nutrientes como:
- Calcio: Fortalece huesos y dientes, previene la osteoporosis y ayuda en la coagulación sanguínea.
- Magnesio: Regula la presión arterial, reduce calambres musculares y mejora el metabolismo.
- Potasio: Favorece el funcionamiento cardíaco, el equilibrio de líquidos y la salud nerviosa.
- Bicarbonato: Ayuda a regular la acidez estomacal y mejora la digestión.
Sin embargo, de acuerdo con especialistas en nutrición, una botella de agua mineral puede contener solo 70 mg de calcio, mientras que la dosis diaria recomendada es de 1.000 a 1.200 mg. Por ello, aunque contribuye, no reemplaza una dieta rica en frutas, verduras y proteínas.
¿Cómo elegir la mejor agua mineral?
El agua mineral es ideal para reponer electrolitos perdidos por el sudor, evitando fatiga y calambres además tiene más electrolitos que el agua común, beneficiando a deportistas y personas activas.
- No existe un agua “mejor”, pero sí una adecuada para cada necesidad:
- Mineralización débil (<50 mg/L): Ideal para dietas bajas en sodio o problemas renales.
- Rica en magnesio: Recomendada para deportistas.
- pH alcalino (8-9): Beneficiosa para quienes sufren acidez estomacal.
- Con gas: Refrescante, pero su acidez puede afectar el esmalte dental.
Ahora ya sabes cuáles son los beneficios del agua mineral para el cuerpo humano. Recuerda que el agua mineral es un complemento valioso para la salud, pero no sustituye una alimentación balanceada. Elegir la adecuada según tus necesidades maximizará sus beneficios. ¡Hidrátate con conciencia!