Los evaluadores independientes de la gestión de la covid-19 dan por sentado que una nueva pandemia de virus “de alta gravedad” está cerca y, sin embargo, “hemos aprendido poco”. “Desgraciadamente” apenas se ha avanzado para evitar que sea igual de “demoledora” que lo ha sido esta, añaden.

Los evaluadores de la covid hacen estas advertencias en el informe “Evaluación del desempeño del Sistema Nacional de Salud Español frente a la pandemia de covid-19”.

Un trabajo realizado por Rosa Urbanos, especialista en Economía de la Salud de la Universidad Complutense de Madrid (UCM); Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM); Carmen Pérez, de la Escuela Andaluza de Salud Publica, y Xurxo Hervada, epidemiólogo de la Xunta de Galicia ya jubilado.

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La esperada auditoría de la gestión de la covid, adelantada por EFE, fue encargada a estos cuatro expertos por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud hace ya más de dos años. Este jueves la ministra Mónica García informa de sus resultados a los consejeros.

Evaluadores de la covid: aciertos y errores cometidos durante la pandemia

En su recorrido por los aciertos y errores cometidos, el informe apremia a tomar una serie de medidas si se quiere evitar los estragos que la descoordinación, las decisiones contradictorias o la falta de protocolos hicieron de España uno de los países con mayor mortalidad del mundo en la primera ola.

Y lo primero es, precisamente, “interiorizar que una nueva pandemia de virus respiratorios de alta gravedad no solo es posible sino probable, a corto o medio plazo”.

Sin embargo, “desgraciadamente, las cosas no van bien” porque a pesar de la experiencia de la covid y los avisos que dieron previamente la gripe A y el primer Sars, “los progresos realizados son escasos”. “Parece que hemos aprendido poco a nivel global de la experiencia de la reciente pandemia”, sentencian.

Lo que proponen los expertos

Fortalecer el sistema sanitario, especialmente la Atención Primaria; hacer acopio de material o establecer un marco legal que ampare las decisiones son algunas de las recomendaciones que estos expertos, evaluadores de la covid, dan para minimizar los efectos de la próxima crisis, y que dividen en tres bloques:

1. Gestión de la crisis

  • Desarrollar un marco normativo para la situación excepcional de emergencia sanitaria que incluya aspectos como las actuaciones coordinadas y mecanismos de actuación excepcionales -contratos de emergencias, intervención temporal de instalaciones y recursos públicos y privados o la adopción de restricciones en la movilidad o en ciertas actividades sociales y empresariales, entre otras-.
  • Desarrollar el Sistema de Alerta Precoz y Respuesta Rápida de la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública, con equipos intersectoriales/interdisciplinares/multinivel “bien coordinados y con obligaciones bien especificadas, 24 horas/día y 365 días/año”.
  • Realizar simulacros.
  • Establecer una reserva estratégica que garantice continuamente la disponibilidad de material sanitario y equipos de protección personal (EPI).
  • Promover la colaboración del sector sanitario privado con el público y la cooperación cívico-militar.
  • Desarrollar los mecanismos para mantener actualizado el registro de centros y perfiles profesionales de establecimientos que se consideren estratégicos.
  • Fortalecer la participación española en organismos internacionales como el ECDC, la HERA y el ‘WHO Hub for Pandemic and Epidemic Intelligence (the WHO Pandemic Hub)’.

2. Capacidades del sistema

“Se trata de aumentar sus capacidades, sin destruir lo que funciona y fortaleciendo lo que se tiene”, con un aumento progresivo de los recursos invertidos para resolver las principales carencias actuales y afrontar las necesidades del futuro.

  • Reforzar la salud pública con más profesionales con nuevas habilidades, en condiciones laborales competitivas y con dotación y procesos tecnológicos más modernos.
  • Reorientar la Atención Primaria “hacia lo importante y fortalecerla”, reduciendo la carga burocrática o consolidando nuevas formas de asistencia. “A corto-medio plazo, según sea posible, se debe aumentar la plantilla de medicina, enfermería, personal de gestión y trabajo social”.
  • Aumentar la flexibilidad de la atención hospitalaria y mejorar su coordinación con el resto del sistema.
  • Potenciar las actividades de apoyo a la salud pública y a la asistencia sanitaria: aumentar la relevancia de la investigación biomédica, fomentar la investigación social, mejorar la evidencia sobre la efectividad de las medidas no farmacológicas y la actualización de los protocolos en todos los ámbitos.
  • Avanzar en el desarrollo de grandes infraestructuras de investigación.
  • Mejorar la formación del personal sanitario y profesionales de centros sociosanitarios en la prevención y control de infecciones, y actualizar los protocolos de las residencias para “humanizarlos y minimizar su impacto negativo sobre pacientes y residentes”.

3. Información y comunicación

  • Ampliar los recursos humanos y perfiles profesionales en los sistemas de información para la gestión sanitaria.
  • Desarrollar y testar aplicaciones avanzadas de rastreo, con capacidad de poner en relación casos más allá del espacio de contactos estrechos.
  • Adaptar la comunicación social de los principales temas sanitarios a las necesidades percibidas de la población, introduciendo la perspectiva de los grupos más vulnerables y desarrollando canales que tengan en cuenta la brecha digital.

En todo caso, señalan los evaluadores de la covid, “la comunicación debe maximizar la transparencia sobre las razones últimas por las que se implantan las medidas no farmacológicas de control epidémico y las nuevas evidencias que apoyan los cambios en los protocolos clínicos”, sin olvidarse de la batalla contra la infodemia y las ‘fake news’.

EFEsalud

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