Construir y mantener conexiones saludables requiere que las personas sean vulnerables, logren generar confianza entre sí e inviertan emocionalmente para que la relación se pueda desarrollar de una forma saludable. Desafortunadamente, muchas personas luchan con ansiedades que dificultan su capacidad para formar y mantener vínculos satisfactorios.

Estos miedos a las relaciones a menudo provienen de experiencias pasadas que dejaron cicatrices emocionales, inseguridades profundamente arraigadas o creencias negativas sobre uno mismo y las relaciones en general. Si bien la mayoría de las personas etiquetan sus miedos e inseguridades adquiridos como un “miedo a la intimidad” general, puede valer la pena profundizar más y analizar las nociones que dan forma a este miedo en primer lugar.

No solo te ayudará a ser la mejor versión de ti mismo en tu relación, sino que también podrás articular tus necesidades con mayor precisión. Aquí hay tres miedos inherentes que podrían, con los años, convertirse en un miedo más grande y que frente todo intento  de tener intimidad y ser vulnerable con alguien.

1. Miedo al rechazo

El miedo al rechazo puede ser una barrera formidable para construir y nutrir relaciones y puede provenir de la ansiedad evolutiva profundamente arraigada de no ser aceptado o valorado por los demás, lo que puede conducir a la duda. Puede manifestarse de muchas maneras, como evitar situaciones sociales, ser demasiado tímido o ser excesivamente crítico con uno mismo.

En un estudio centrado en el rechazo, el autor principal y psicólogo Mark Leary descubrió que muchas personas tienden a percibir más rechazo en sus vidas de lo que realmente experimentan.

“Tendemos a tener reacciones negativas, en lugar de neutrales, cuando nos enteramos de que alguien se siente neutral con respecto a nosotros. Lo que esto significa es que la mayoría de las personas probablemente van por la vida sintiéndose más rechazadas de lo que realmente son”, explica Leary

Por lo tanto, si alguien experimenta sentimientos de rechazo o lucha por sentirse aceptado, es importante que considere si puede estar subestimando su valor en las relaciones debido a señales sociales ambiguas o si percibe comentarios neutrales como negativos. El paso inicial para abordar las preocupaciones sobre el rechazo es examinar objetivamente la evidencia y evitar interpretarla en exceso con negatividad.

Otra forma de evitar ser controlado por su miedo al rechazo es desafiar sus pensamientos negativos y abrazar la autoestima a través de la autorregulación.

2. Miedo a la insuficiencia

El miedo a la insuficiencia o a la creencia de que no merecemos una relación satisfactoria puede tener un alto costo emocional para nosotros. Este miedo también puede manifestarse de varias maneras, como compararse constantemente con los demás o con los ex de su pareja, o experimentar la sensación persistente de nunca ser lo suficientemente bueno.

En un estudio reciente publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, el psicólogo Gul Gunaydin de la Universidad Sabanci en Estambul, Turquía, sugiere que reflexionar sobre experiencias románticas positivas y simples actos de amor y afecto pueden acumularse para hacer que ambos miembros de la pareja se sientan más seguros en una relación. .

“Al recordar conjuntamente estas experiencias positivas, los socios pueden intentar validarse mutuamente y validar la relación. Decir lo agradecidos que están por compartir la experiencia, revelar las emociones positivas que sintieron durante la experiencia o expresar cuánto esperan experiencias similares en el futuro puede ser tranquilizador”, afirma Gunaydin.

3. Miedo al abandono

El miedo al abandono puede tener sus raíces en experiencias pasadas de sentirse abandonado o abandonado, creando un miedo persistente de estar solo o sin amor en las relaciones. Este miedo se puede manifestar de dos formas:

Por un lado, si sus padres, un cuidador o una pareja lo descuidaron emocionalmente en el pasado, es posible que sienta el temor a que otras personas también lo descuiden, lo que le causará miedo al abandono emocional.

Y por el otro se puede dar el abandono físico que ocurre cuando una persona importante sale de tu vida de manera abrupta. Por ejemplo, es posible que hoy vivas con miedo al abandono que está relacionado con que un padre te abandone en tu infancia.

De hecho, un estudio publicado en el Journal of Youth and Adolescence explica que la muerte de un padre también puede conducir a problemas de abandono profundamente arraigados, lo que genera ansiedad en las relaciones románticas e incluso síntomas depresivos hasta los seis años de relación.

Para diluir el impacto a largo plazo que los problemas de abandono no abordados pueden tener en su vida, puede comenzar por reconocer sus factores desencadenantes para manejar sus miedos. Identifique las situaciones, comportamientos o relaciones específicas que desencadenan su miedo al abandono.

Por ejemplo, observe si su ansiedad aumenta durante los desacuerdos con su pareja, o si teme ser reemplazado cuando los ve pasando tiempo con amigos o participando en actividades sin usted.

Reconocer su miedo al abandono puede ser el paso más difícil, pero en última instancia, el más efectivo hacia una vida en la que se sienta seguro en sus relaciones más cercanas.

Conclusión

Ser impulsado por tus miedos es posiblemente el enfoque más insatisfactorio para vivir la vida. Pero esto no significa que tengas que tirarte al fondo todo el tiempo. Desmantelar lentamente sus miedos y sus cogniciones defectuosas subyacentes puede provocar una transformación masiva en la forma en que ve y se comporta en las relaciones.

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