“Tres son las condiciones que deben cumplir los alimentos probióticos lácteos para estabilizar y mejorar la microbiota del sistema digestivo: llegar vivos al intestino delgado y grueso, resistiendo los jugos gástricos y biliares, y hacerlo con suficiente diversidad y cantidad”, indica el Dr. Francisco Guarner Aguilar

“Hay probióticos interesantes para la digestión de la lactosa y es importante que estén vivos donde se digiera esta lactosa, en el intestino delgado. Otros deberán actuar sobre la microbiota del intestino distal, el colon, y por tanto llegar vivos al ciego”, pone de ejemplo el médico gastroenterólogo.

“Además, los probióticos tienen que estar bien caracterizados, más aún desde el punto de vista genómico, para poder luchar en su misión contra los antibióticos, si fuera necesario”, destaca el miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMPyP).

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Este el caso del alimento probiótico “Activia”, preparado lácteo o yogur que contiene alrededor de 4.500 millones de bacterias, que incluye cinco cepas “buenas”, de forma especial la renombrada Bifidubacterium animalis subsp.lactis CINCM1-2494, que forma parte de la colección de bacterias propiedad de la compañía Danone.

“Es la única leche fermentada con bifidobacterias que ha demostrado científicamente que sus cepas sobreviven al proceso digestivo del tracto gastrointestinal”, certifica la bióloga Montserrat Andreu Corominas, responsable de Fermentos del equipo de I+D de Danone.

“El beneficio de nuestra cepa I-2494 está avalado por treinta años de investigación y más de veinte estudios científicos, entre los que resalta ‘Sensaciones digestivas, microbiota y probióticos’, un metaanálisis llevado a cabo por la SEMPyP en el año 2023″, dice la especialista catalana.

EFEsalud ha visitado el centro de I+D “Isaac Carasso” de Danone en Barcelona con motivo del Día Mundial de la Salud Digestiva, donde un conjunto de periodistas, además de catar yogures, asistió a una presentación exhaustiva de los beneficios para la salud de los alimentos probióticos lácteos.

Nuestro objetivo ha sido conocer las virtudes saludables del yogur con probióticos… “Y cabe subrayar que el 100 % de los ingredientes de Activia son de origen natural”, afirma la bióloga investigadora.

Los alimentos probióticos contienen bacterias seguras, no patógenas, que equilibran la flora intestinal, es decir, ayudan al ecosistema de la microbiota que vive en nuestro tubo digestivo; un conjunto de microorganismos íntimamente relacionados con el sistema inmunológico humano.

En nuestro intestino habita una masa de seres microscópicos que llega a pesar cerca de dos kilogramos. Un tercio de estos microbios son comunes en la mayoría de la gente, mientras que otros dos tercios dependen de la fisiología de cada persona.

Esta población microbiana, con cerca de diez billones de microorganismos, incluye hasta mil doscientas especies diferentes, depositarias de alrededor de tres millones de genes, 150 veces más que el genoma humano.

Doctor Guarner, ¿por qué los probióticos resultan tan vitales para la salud del cuerpo humano?

Los microbiólogos de principios del siglo XX se dieron cuenta de que la mayoría de las bacterias que vivían en el intestino humano eran beneficiosas para nuestro organismo, bacterias fermentadoras que ayudaban a la digestión de los alimentos.

En cambio, muy pocas bacterias que viven en nuestro intestino son nocivas.

Además, a principios del siglo XXI se demostró científicamente que los probióticos, bacterias vivas que pasan a través del tubo digestivo, tienen un gran impacto en el sistema inmunológico, ayudándole a su regulación.

Los probióticos son microorganismos “buenos” que, ingeridos en cantidades adecuadas, ejercen un beneficio en la salud y el bienestar de las personas que los consumen.

Por eso la FAO y la OMS desde 2001 promocionaron la idea de incorporar probióticos a los alimentos, como los preparados lácteos.

En los últimos estudios enfocados en la población industrial se pone de manifiesto que se ha perdido capacidad microbiana para digerir alimentos como las lentejas debido a que ha disminuído o dañado la flora intestinal especializada en asimilar las hortalizas o las legrumbres.

Doctor, ¿nuestro sistema inmunológico necesita la ayuda de los alimentos probióticos en cualquier etapa de la vida?

Los microbios cumplen múltiples funciones, desde proporcionarnos las vitaminas B o K, que ellos mismos generan, hasta ayudarnos a digerir muchos alimentos, como los polisacárido; incluso degradan los compuestos tóxicos defendiendo la mucosa intestinal.

La microbiota intestinal varía en número, diversidad y calidad desde la infancia, y se mantiene bastante estable en la edad adulta hasta que experimenta modificaciones significativas en la vejez.

Cuando somos mayores se reduce la diversidad de microbios intestinales, aumentando o disminuyendo su número debido a la dieta, a los hábitos sociales, a las enfermedades, a los cambios ambientales, a las medicinas y a los antibióticos.

Nos damos cuenta así de que necesitamos recuperar contacto con las bacterias, evitando los patógenos. De esta manera nuestro sistema inmunitario estará bien entrenado, sobre todo al final de la vida.

En este marco, la mayoría de los estudios se han realizado sobre la microbiota en los extremos de la vida, que es donde el sistema inmunitario puede estar más alterado: en bebés y la infancia hasta los 10, 11 ó 12 años, y también en personas mayores.

Los estudios en este último grupo demuestran el efecto beneficioso de los probióticos cuando les prescriben las vacunas para evitar las infecciones del tracto respiratorio durante el invierno.

Los probióticos también son beneficiosos en adultos en general, especialmente en mayores, cuando se establecen tratamientos para afrontar enfermedades de origen viral, tanto respiratorias como gastrointestinales.

La maduración del sistema inmunitario se consigue, en buena medida, gracias a los microbios.

Por eso es fundamental mantener una microbiota intestinal equilibrada. La alteración de su composición causa diferentes patologías, como la infección por Clostridium difficile (colitis).

L@s pacientes con síndrome del intestino irritable con diarrea, y los que alternan estreñimiento con diarrea, tienen una menor diversidad microbiana.

Doctor Guarner, los probiótios también ayudan a las mujeres embarazadas, ¿pero es cierto que benefecian al bebé cuando atraviesa el canal de parto al nacer?

En principio, nacemos libres de microbios, pero nada más nacer somos invadidos por vida microbiana, la mayor parte proveniente de la zona genital de la madre, cuando no hay cesárea, de su piel, del entorno hospitalario y del alimento materno.

La leche materna constituye la base de una microbiota sana y aporta hasta 200 tipos de carbohidratos, glúcidos muy nutritivos para el bebé.

Las fórmulas de alimentación artificial del bebé no disponen de ese conjunto de bacterias y, por lo tanto, el efecto modulador de la inmunidad y de otras funciones metabólicas es realmente distinto.

Hubo un estudio en madres con historial de alergia a las que se facilitó el probiótico antes del parto. Y, efectivamente, se comprobó que en los bebés nacidos de madres que tomaban determinado probiótico durante el embarazo había menos incidencia de dermatitis o eccema atópico.

Pero no hay muchos otros estudios sobre la cuestión.

En cambio, tenemos otros estudios de lo contrario, o sea, de madres que han tenido que tomar muchos antibióticos durante el embarazo: por algún motivo se ha visto que los niños tienen más riesgo de tener infecciones que requieren hospitalización.

Un estudio con datos del registro de salud de Dinamarca, que incluía muchas madres en la muestra, comprobó que la probabilidad de ingreso hospitalario de un niño de hasta diez años era más alta cuanto más expuesta estaba la madre a los antibióticos durante el embarazo.

Los antibióticos menoscaban la diversidad de los microbios buenos al intentar acabar con los malos y convierten a determinados microbios en ‘supermicrobios‘, en bacterias altamente resistentes a los antibióticos.

El Dr. Francisco Guarner Aguilar explica los beneficios de los probióticos en la salud digestiva e inmunológica.

Doctor Guarner, ¿recomienda, por tanto, que la población sin restricciones médicas conocidas tome alimentos probióticos?

Yo creo que sí. Los datos apuntan a que necesitamos más contacto con el mundo de los microorganismos buenos sin tener el riesgo de infectarnos, y por tanto, la guía o práctica má aconsejabla es recurrir con frecuencia a los probióticos, microorganismos conocidos que sabemos que son buenos.

Aprovecharía para decir que al público general le interesa la guía de probióticos de la Organización Mundial de Gastroenterología; es decir, escribiendo en el buscador Google “WGO” se llega fácilmente a una guía que está en diferentes idiomas: inglés, español, francés, ruso o portugués… Y se puede descargar.

En esta guía aparecen tablas con todos los probióticos buenos, con las cepas concretas que han demostrado ser útiles para distintas indicaciones y en qué dosis tomar estos probióticos”, concluye el Dr. Francisco Guarner Aguilar.

En este sentido, comer adecuadamente es la clave para tener una microbiota adaptada a nuestras necesidades.

Cuando modificamos la dieta, bien por alimentos inadecuados o bien por la ingesta excesiva de antibióticos, podemos reducir, sin querer, nuestra capacidad inmunológica.

La nutrición de mujeres y hombres, de niños y niñas, de jóvenes o adolescentes debe ser a base de productos derivados de los cereales, de mucha fruta, verdura y legumbres, de pescado, de algo de carne sin grasa, de beber agua, evitando los refrescos azucarados y el alcohol.

De hecho, los alimentos ricos en grasas saturadas, los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas aumentan la obesidad, la hipertensión o la diabetes, lo que conlleva a problemas serios en el sistema cardiovascular y la aparición de distintos cánceres, como el de colon.

Danone recomienda tomar un yogur o lácteo equilibrado cada día, como parte de una dieta equilibrada. Los yogures de calidad, junto a las bacterias probióticas que contienen, acreditadas científicamente, estimulan positivamente la flora intestinal.

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