La mayor parte de los jóvenes pasan cada vez más tiempo en espacios cerrados y con un creciente déficit de contacto con la naturaleza (falta de relación con animales, plantas o inmersiones en entornos verdes y azules).

Sin embargo, cada vez más evidencias científicas confirman los beneficios del contacto con la naturaleza.

Diferentes investigadores, empresas, instituciones, sociedades científicas y organizaciones civiles, lideradas por la Asociación Española de Pediatría y su Comité de Salud Medioambiental (CSMA), han formado la Alianza Global para Renaturalizar la Salud de la Infancia y la Adolescencia (GRSIA), una iniciativa con el propósito de enraizar la salud de los jóvenes con la naturaleza y la salud de planeta, sobre todo en las ciudades.

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Los objetivos de la alianza se plasman en la revista Anales de Pediatría.

Déficit de contacto con la naturaleza

“Aunque pueden variar las necesidades, los niños deberían pasar al menos una hora al día en el entorno verde o azul natural más cercano para satisfacer sus necesidades y favorecer un desarrollo saludable. Con todo, los efectos beneficiosos sobre la salud se notan ya desde pequeñas dosis de dos horas a la semana”, explica el doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental (CSMA) de la AEP.

Según la alianza, de manera general, el 75% de los jóvenes de 7 a 17 años tienen déficit de contacto con la naturaleza.

Y el 25% de la infancia y la adolescencia apenas sale alguna vez al mes a jugar al aire libre, solo el 25% visita el parque urbano o natural diariamente.

Un estudio realizado en 3.800 escolares de la Región de Murcia en abril de este año, revela que hay una paulatina e incesante desconexión a medida que la edad de los niños progresa, y diferencias de género en el nivel de conexión con la naturaleza.

Las niñas, a todas las edades del estudio desde los 7 a los 17 años, mantienen mejores niveles de conexión con la naturaleza.

La naturaleza como receta médica

“Los médicos deberíamos recetar más naturaleza y preguntar más en las consultas sobre estos aspectos, el número, el tipo y la duración de la experiencia en la naturaleza, y fomentar los vínculos con el medio natural como vía para fortalecer la salud y contrarrestar o disminuir los efectos de las exposiciones a los contaminantes medioambientales”, señala el doctor Ortega.

La iniciativa promoverá prescripciones de naturaleza, por lo que que los diferentes profesionales de la salud podrán “recetar” de manera formal la conexión con la naturaleza para que los pacientes puedan aprovechar los beneficios que brinda sobre la salud.

Se elegirá cuándo es apropiada una prescripción, que se adaptará a las necesidades y capacidades de cada paciente. La receta irá acompañada de distintos materiales informativos y de un listado de actividades locales en espacios verdes urbanos y naturales.

Beneficios de la naturaleza

Los expertos señalan los efectos y beneficios en la salud asociados al contacto con la naturaleza:

Disminuye la mortalidad global (3,5% por cada incremento del 10% de zonas verdes).

Aumenta la felicidad y la sensación de bienestar.

Aumenta la sociabilidad, reduce las conductas agresivas, la hiperactividad y mejora la atención.

Reduce la ansiedad, la depresión, el estrés y los marcadores de inflamación.

Mejora el sueño.

Disminuye el riesgo cardiovascular y mejora el neurodesarrollo motor (coordinación/equilibrio) y cognitivo.

Mejora el rendimiento escolar y el test de lectura.

Disminuye el consumo de alcohol y de otras drogas.

Mejora los resultados reproductivos y el peso del recién nacido.

Disminuye el sobrepeso, la obesidad infantil y el riesgo de diabetes.

Mejora las habilidades motoras, sociales y de conectividad en los enfermos con trastornos del neurodesarrollo (TEAF, TEA…).

Mejora la calidad de vida relacionada con la salud en los supervivientes de cáncer, así como disminuye el riesgo y aumenta la supervivencia global de algunos tipos de cáncer.

Mejora el sistema inmune y mejora la agudeza visual.

Incrementa la función pulmonar y mejora el asma.

Aumenta el nivel de actividad física.

Aumenta los niveles de vitamina D.

Mejora el control del dolor agudo y crónico.

Recuperación quirúrgica más rápida.

Reduce las visitas al médico y el consumo de fármacos.

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