Como sacado de una película de James Cameron, salió a la luz un accidente perturbador en la Gigafactory de Tesla ubicada cerca de Austin, Texas, donde un ingeniero de la compañía sufrió un ataque brutal por parte de un robot diseñado para manejar aluminio. El ‘ataque’ ocurrió mientras el ingeniero programaba software para otros robots en la fábrica.
El robot, aparentemente diseñado para tareas específicas en el manejo de aluminio, inmovilizó al ingeniero y le causó heridas sangrientas al clavarle garras metálicas en la espalda y el brazo. El suceso dejó un “rastro de sangre” en el lugar, según informes. Otro trabajador intervino rápidamente al activar el botón de “parada” de emergencia, permitiendo que el ingeniero fuera liberado.
La investigación inicial sugiere que el accidente ocurrió porque, aunque el ingeniero había desactivado dos de las máquinas para programar el software, una tercera máquina quedó activa, llevando al trágico incidente.
Este incidente, que fue documentado por primera vez en un informe de lesiones de la empresa en 2021, resalta preocupaciones más amplias sobre la seguridad en el uso de robots en entornos laborales. La descripción de la lesión en el informe se clasificó como “laceración, corte o herida abierta” en la mano izquierda del ingeniero afectado.
Además, informes indican que uno de cada 21 empleados en la Gigafactory de Tesla en Texas sufrió lesiones el año pasado. La compañía también enfrenta críticas por problemas de salud relacionados con la exposición a sustancias nocivas. Estos problemas incluyen alegaciones de empleados que sufrieron daños debido a fallas de seguridad, incidentes con maquinaria pesada y colisiones con carretillas elevadoras que afectaron a los trabajadores.
Tesla aún no ha emitido comentarios oficiales sobre el incidente. La noticia resalta la importancia de abordar las preocupaciones de seguridad en la implementación de tecnologías avanzadas en entornos laborales para garantizar la protección de los trabajadores.