Una de las culturas más antiguas del mundo, ubicada en los bosques tropicales del norte de Guatemala, Tikal floreció durante más de mil años. En el apogeo de su prosperidad, alrededor del año 700 d.C, se cree que fue el hogar de más de 45 mil personas. La ciudad maya de Tikal, famosa por sus imponentes templos ceremoniales, plazas públicas y palacios, mantuvo en el anonimato y en funcionamiento el sistema de filtración de agua.
Historiadores descubrieron recientemente un mineral volcánico que captura microbios y metales pesados en uno de los reservorios más grandes de Tikal. Debido a que el material no se encuentra cerca, el hallazgo sugiere la presencia de un filtro deliberado.
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Este significante descubrimiento contradice la antigua idea de que las innovaciones tecnológicas del mundo antiguo estaban enfocadas en lugares como China, Roma, Egipto o Grecia, según el geólogo arqueológico de la Universidad de Cincinnati (UC), y coautor del estudio, Kenneth Tankersley quien dijo a la revista Science, “Cuando se trataba de purificar el agua, los mayas estaban adelantados milenios”.
Los investigadores tienen la idea que los pobladores de Tikal lidiaron con un periodo de sequias entre noviembre-abril y una solución era almacenar agua en depósitos o reservorios, pero esa agua debía ser apta para beber. Asimismo, al excavar los pozos de varios de los embalses en Tikal, el equipo de trabajo conformado por arqueólogos, científicos, geólogos, historiadores y demás especialistas, se sorprendieron al encontrar que uno de los almacenes más grandes de agua (Corriental) tenía una contaminación menor por metales pesados, algas productoras de toxinas y un mineral asociado con la contaminación fecal en comparación a los demás reservorios.
Después encontraron cristales de cuarzo y cuatro capas distintas, cada una de pocos centímetros de espesor, se dieron cuenta que el descubrimiento se trataba de un filtro de agua rudimentario. Una de las capas estaba compuesta por cristales color marrón de una escala milimétrica, con esa capa del tamaño de la arcilla se podía purificar el agua, pero no capturar del todo los microbios dañinos. Luego los científicos examinaron con mayor detenimiento el cuarzo y descubrieron que tenía una fina capa de cristales aún más pequeños.
Con esa investigación, determinaron que ese tipo de mineral volcánico puede purificar el agua atrapando tanto microbios como metales pesados dentro de una estructura porosa. “La mayor parte de lo que bebemos, desde agua embotellada hasta vino se filtra a través de una zeolita, y los mayas descubrieron ese método hace miles de años”, afirmó Tankersley.
Hasta el momento no hay indicios de cómo funcionaba el sistema de filtración, pero el equipo de trabajo encabezado por Kenneth Tankersley afirma que la estera de caña tejida puede haber contenido rocas con cuarzo y zeolita abajo del agua. Justo arriba de la entrada del embalse, esa capa posiblemente pudo haber sido destruida por inundaciones repentinas después de una tormenta. Con esa hipótesis, se podría explicar las capas de cuarzo y zeolita encontradas en la base del depósito, un recordatorio de las capacidades tecnológicas de los mayas.