El próximo domingo se llevará a cabo una inédita consulta popular en México en la que, según el Gobierno y sus simpatizantes, la ciudadanía decidirá si quiere que los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto sean investigados y enjuiciados por múltiples delitos.

Por el contrario, la oposición insiste en que es un ejercicio caro, inútil y sinsentido porque, en realidad, la pregunta que se deberá responder con un ‘sí’ o un ‘no’ en ningún momento hace referencia a juicios ni a los exmandatarios que, gracias a un pacto de impunidad no escrito de la política mexicana, jamás han sido procesados.

El problema es que, el año pasado, cuando la Suprema Corte de Justicia avaló la realización de la consulta, en lugar de redactar una pregunta concreta, acordó una frase larga, inentendible y confusa que ha sido motivo de debate hasta el último momento.

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“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”, dice el enunciado de la discordia.

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Sin embargo, a nivel popular sí se ha identificado como una consulta que definirá si los expresidentes serán juzgados, lo que, de acuerdo con una encuesta publicada esta semana en el diario El Financiero, es apoyado por el 77 % de la ciudadanía, aunque solo el 31 % tiene la intención de salir a votar.

El nivel de participación que tendrá este ejercicio inédito en México es la principal duda que existe ahora, ya que se necesita que vote por lo menos el 40 % del padrón electoral (37 millones de personas) para que los resultados sean vinculantes, es decir, para que efectivamente comience el “proceso de esclarecimiento” contra “los actores políticos”.

Quejas

La campaña rumbo al 1 de agosto ha estado marcada por los reclamos al Instituto Nacional Electoral (INE), el órgano encargado de las elecciones en México que mantiene una confrontación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien había dicho que no participaría en la consulta porque prefería “ver hacia adelante”.

Este viernes, durante una conferencia de prensa en Sinaloa, el presidente reveló que siempre sí votará, pero que elegirá el ‘no’. También reiteró sus críticas a las autoridades electorales.

“Es una vergüenza que los del INE, que deberían estar difundiendo la consulta porque es un organismo encargado de promover la democracia, parece que están en contra. No parece: por sus actos se puede demostrar que actúa de manera antidemocrática”, acusó.

Los activistas que han promovido la votación por el ‘sí’, aseguran que el INE minimizó la importancia de la consulta, desanimó la participación y ni siquiera la publicitó, al igual que la prensa opositora, a la que acusan de haber ignorado la información sobre una jornada que será histórica, porque es la primera vez que se realiza un ejercicio de este tipo en el país.

Algunos incluso afirman que, aunque no se alcancen los 37 millones de votos, lo más importante es que en estos meses se han discutido tanto la impunidad como los delitos por los que los expresidentes podrían ser enjuiciados, algo que nunca había ocurrido, y que el predecible resultado abrumador en favor del ‘sí’ representará por sí mismo una condena popular.

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