Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., admitió que una “cantidad considerable” de las armas estadounidenses acumuladas en Afganistán, valoradas en miles de millones de dólares, ha caído en manos de los talibanes desde que el grupo militante islámico se apoderó rápidamente del país en los últimos días.
Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, se le preguntó a Sullivan qué pasará con los miles de millones de dólares en equipos, incluidas armas, municiones, helicópteros y otros pertrechos, entregados por Washington al Gobierno de Afganistán en las dos décadas anteriores a su colapso.
“No tenemos una imagen completa, obviamente, de a dónde ha ido cada artículo de material de defensa”, respondió el asesor de Biden. “Pero, ciertamente, una cantidad considerable ha caído en manos de los talibanes y, obviamente, no tenemos la sensación de que nos lo vayan a entregar en el aeropuerto”.
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El general Hank Taylor, jefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto, no tuvo respuestas para los reporteros que este lunes preguntaron al respecto en la sesión informativa del Pentágono. Cuando se le preguntó si el Pentágono estaba haciendo algo para evitar que armas y equipos cayeran en manos de los talibanes (por ejemplo, destruirlo todo), Taylor afirmó que no tenía información al respecto.
Por su parte, un oficial de defensa de Estados Unidos confirmó a Associated Press que los talibanes han acumulado una cantidad enorme de equipos militares suministrados por Washington al ejército afgano, dada la rapidez con la que los insurgentes pudieron tomar control del país, con poca resistencia de las fuerzas del Gobierno de Afganistán.
La inesperada superioridad de los talibanes
Washington gastó más de 80.000 millones de dólares en los últimos 20 años para armar y equipar al Ejército Nacional Afgano (ANA, por sus siglas en inglés), la fuerza de combate leal al gobierno respaldado por EE.UU. en Kabul.
Si bien Biden y sus generales habían insistido en que la ANA era una fuerza de combate capaz y que podría contener a los talibanes, terminó rindiéndose sin luchar durante el fin de semana pasado.
El fracaso de EE.UU. en la creación de un ejército y una policía afgana autosuficientes, y las razones de su colapso, son ahora objeto de discusión entre expertos militares en todo el mundo.
Robert Burns, reportero de AP para asuntos de seguridad nacional, asegura que las razones principales de este fiasco “son bastante claras y no son diferentes de lo que ocurrió en Irak”.
“Las fuerzas resultaron ser huecas. Estaban equipadas con armas superiores, pero carecían del ingrediente crucial: motivación para el combate”.
En cambio, los insurgentes talibanes de Afganistán, con un número menor de tropas, un armamento menos sofisticado y sin poder aéreo, demostraron ser una fuerza superior, recalcó Burns. Y, según el reportero, las agencias de inteligencia estadounidenses subestimaron el alcance de esa superioridad.