El “Año de la Independencia y la Grandeza de México” —como lo declaró el presidente Andrés Manuel López Obrador en septiembre de 2020— avanza en medio de un contexto inusual ocasionado por la pandemia global de covid-19, que ha provocado la muerte de más de 4.5 millones de personas alrededor del mundo.

México no escapa de esta coyuntura que ha afectado a 220 millones de personas en el planeta e impactado con fuerza en su territorio, al dejar un saldo de casi 270,000 fallecidos y más de 3.5 millones infectados por la enfermedad.

Pero más allá de esa coyuntura sanitaria, este miércoles los mexicanos conmemorarán con celebraciones oficiales los 211 años del Grito de Dolores, un hito histórico que marca el inicio de la guerra de independencia de México y que recuerda el acto del cura Miguel Hidalgo, cuando en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en al poblado de Dolores, Guanajuato, llamó a la sublevación contra el Reino de España.

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“¡Viva la religión!, ¡viva nuestra madre Santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Viva la América y muera el mal gobierno!”, dijo Hidalgo aquella madrugada hace más de dos siglos. Y el pueblo respondió: “¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!”. Ese grito marca una de las más grandes interrogantes sobre la Independencia mexicana: ¿por qué se conmemora el 15 de septiembre y no el 16?

Según medios locales, la polémica generada sobre la fecha en que se conmemora el Grito de Dolores surgió durante el mandato de Porfirio Díaz, quien gobernó entre 1877 y 1911. Díaz celebraba su cumpleaños los 15 de septiembre y se dice que para vincularlo con los festejos por el Centenario del grito independentista, ordenó adelantar los actos para la noche del 15 y que la celebración siguiera durante la madrugada del 16.

Entonces, desde 1910, el Grito de Independencia, como festejo popular, se conmemora cerca de las 11 de la noche de cada 15 de septiembre. Pero existe otra teoría sobre este hecho que fue divulgada por Artemio de Valle-Arizpe en su libro El Palacio Nacional de México, donde señala que fue el general Antonio López de Santa Anna quien estableció en 1843 que los actos comenzaran a las 11:00 de la noche para “evitar la fatiga de despertarse a horas tempranas”.

¿Qué conmemora México?

Hace 11 años México conmemoró el Bicentenario del Grito de la Independencia y este miércoles, como es costumbre desde 1825, ese Grito lo dará el presidente de la República desde el balcón central del Palacio Nacional en Ciudad de México.

Paralelamente, en la Plaza de la Constitución, conocida como El Zócalo, repicará la campana original que tocó Hidalgo mientras llamaba a la rebelión desde la torre oeste de la parroquia de Dolores, en Guanajuato.

Además, en 2021 México festeja otros tres hitos históricos: los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, el 13 de mayo de 2021; los 500 años de la Memoria Histórica de Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521; y los 200 años de la consumación de la Independencia de México, el 27 de septiembre de 1821.

Independencia de la ‘Nueva España’

La declaratoria de Independencia en México en 1821 puso fin al dominio español sobre la entonces llamada ‘Nueva España’, un territorio que era integrado por México, Centroamérica y el sur de EE.UU., desde que Cortés le arrebatara el poder al gobierno de Tenochtitlán en 1521.

Durante el fin de la guerra se dio la firma de los tratados de Córdoba, que reconocían la separación de la Nueva España de la Corona; la firma del Acta de Independencia; y la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.

Días antes, el 15 de septiembre de ese mismo año, quedó asentada la liberación absoluta de otros territorios pertenecientes a la entonces corona de la ‘Nueva España’. Así, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, coinciden con la celebración del Bicentenario de su independencia.

Estos procesos no se dieron de la noche a la mañana. Las primeras conspiraciones contra el Virreinato de la Nueva España se originaron en una pugna interna entre los españoles y sus hijos nacidos en América, llamados “criollos”.

El fin de una monarquía de tres siglos

Cuando los españoles tomaron el control de Tenochtitlán e impusieron el Virreinato de la Nueva España, algunos de ellos intentaron crear una monarquía independiente al Reino de España, pero no tuvieron éxito.

Martín Cortés, hijo del invasor Hernán Cortés, era un criollo que no contaba con los mismos beneficios de los españoles y, al no estar conforme con el Reino, comenzó a llamar a la rebelión. Esto se propagó en los llamados criollos y los planes para romper con el Virreinato fue una constante.

Los criollos, aunque eran hijos de españoles, tenían menos derechos sociales y políticos que los nacidos en España, aunque seguían por encima de mestizos, indígenas y negros, quienes carecían de derechos bajo en el sistema monárquico de “castas”. Por esta razón buscaban asaltar el Poder y tomar el control de la monarquía local.

El germen independentista

Las revoluciones en EE.UU. en 1776, en Francia en 1789 y en Haití en 1804 motivaron a toda la región americana a buscar su independencia y autonomía. Así se iniciaron distintas conspiraciones en el continente que dieron origen a los movimientos de emancipación latinoamericana.

Para 1808, en Europa, Napoleón Bonaparte comenzó la invasión contra el Reino de España. Cuando los franceses entraron a Madrid, el rey Carlos IV se vio obligado a abdicar y José Bonaparte se proclamó como nuevo rey. Así iniciaba la debacle.

Al año siguiente, en 1809, la Nueva España aún se mantenía en calma, pero en las regiones ya había agitación. La baja producción agrícola desató hambruna y recesión económica. Los criollos también sufrían las dificultades y decidieron unirse a mestizos, indígenas y esclavos para arrebatar el poder a los españoles.

Bajo esa coyuntura, el cura Miguel Hidalgo dio el Grito de Independencia que inició el movimiento armado y el ejército popular que encabezó estuvo a punto de tomar la capital ‘novohispana’, ahora Ciudad de México, pero los rebeldes cayeron derrotados en enero de 1811 en Calderón.

Aunque Hidalgo trató de escapar hacia el norte para seguir con el alzamiento popular, fue capturado y fusilado. Sin embargo, el movimiento independentista no acabó y la lucha armada se extendió durante 11 años hasta llegar triunfantes a la capital el 27 de septiembre de 1821.

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