En plena semana de euforia palaciega por los eventos alusivos al tercer informe de gobierno en Veracruz, el feliz relajamiento de Cuitláhuac García Jiménez fue interrumpido por el periodista Julio Hernández. El jueves pasado, en la leída columna Astillero que publica en el diario La Jornada, dedicó los dos últimos párrafos para informar la delicada situación que sufre esta entidad:
“Un grupo de ciudadanos, cuya identidad se mantiene a resguardo, reporta que en Veracruz se han multiplicado los delitos cometidos por fuerzas policiacas, sobre todo los secuestros exprés. Relatan que durante la administración de Fidel Herrera Beltrán se asentaron en esa entidad miembros de cárteles que operaron libremente y, ya con Javier Duarte de Ochoa, fueron incorporados con uniforme a la llamada Fuerza Civil”.
Y agrega el prestigiado columnista de izquierda, también conocido como Julio Astillero: “Con el morenista Cuitláhuac García, a quien se le acumulan los problemas sin verdadera solución, se mantuvo esa dualidad policiaca y delictiva y, en semanas recientes, hay una acometida para detener a quien pueden, argumentando cualquier falta o presunto delito, mediante “evidencias” sembradas, para llevar al supuesto infractor a lugares clandestinos, desde donde se llama a familiares para pedir rescate por miles de pesos. Los casos no son reportados a las autoridades porque los secuestrados asumen que les iría peor”.
Pero eso fue por la mañana. Ese mismo día, alrededor de las 10 de la noche un joven de 20 años fue perseguido por la policía cuando en su auto se dirigía a su hogar en el fraccionamiento La Morada. Como los vecinos organizados reclamaron la actitud de los uniformados e impidieron el acceso de la patrulla, los elementos policiacos tuvieron que retirarse. Pero este caso no es único. Tal como lo informó el periodista referido, en el territorio están ocurriendo cosas muy extrañas desde hace varios meses.
Las redes sociales siguen informando secuestros y aumento en la desaparición de personas mayores, ya no únicamente jóvenes. También en esas redes, con demasiada frecuencia aparecen publicaciones de inconformidades por retenes nocturnos que arbitrariamente detienen a personas “supuestamente alcoholizadas”, como el caso de la autopista Xalapa-Coatepec, difundido la semana pasada. Otro más, es el incremento de vehículos levantados y llevados a los corralones, generando lo que podría ser una economía corrupta entre la policía y los dueños de grúas. Pareciera que ahora serán tres años de Hidalgo, ya que la administración estatal está concluyendo apenas la primera parte este 30 de noviembre.
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Eso sin contar el incesante descubrimiento de fosas de cadáveres (60 cuerpos más), como el caso del predio “El Arbolillo”, muy cerca de la Ciudad de Veracruz, recientemente informado por los medios de comunicación y las atribuladas madres de desaparecidos.
Un aspecto que seguramente está incidiendo en este malestar ciudadano es el delito de ultrajes a la autoridad, que en Veracruz está siendo aprovechado para detener a todo tipo de personas, y cuya aprobación ha sido insistentemente criticada por organizaciones de derechos humanos y promotores de la libertad de expresión, como Artículo 19.
El viernes pasado en un video de YouTube del periódico Milenio, el senador Ricardo Monreal hace un fuerte señalamiento al gobierno estatal por la detención de 6 jóvenes detenidos con exceso. Y pide al poder judicial y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos que intervengan en el Proceso penal 270/2021, Carpeta de Investigación UIPJDXI/F10/4673/2021; VERACRUZ. Seguramente Monreal se refiere a los seis jóvenes de la comunidad de Galeana, detenidos el pasado lunes por la mañana en el camino a Barriles en el municipio de Gutiérrez Zamora, de los que se ha impedido dar información a las familias, como oportunamente informó el Diario de Xalapa.
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Desafortunadamente para el pueblo de Veracruz y para la transformación que impulsa el presidente de la república, las únicas muestras de eficiencia y preocupación del gobernador han sido sus reiterados autoelogios de honestidad y los informes semanales sobre la vacunación antiviral que hace el gobierno federal y, este mes de noviembre, sus magistrales exhibiciones personales en el desfile de Catrinas en Xalapa, en la rítmica danza que hizo en la huasteca, con motivo de las festividades mortuorias del Xantolo y esta semana, en el jacarandoso carnaval que armo con burócratas acarreados, para vestir el evento del informe que organizó en Tlacotalpan para su élite morenista en el teatro y en la plaza, donde la ingeniera Rocío Nahle se convirtió en la coronada reina.
Al final de los tres primeros años de administración cuitlahuista, la opinión pública estatal coincide sobre la principal característica observada en Cuitláhuac: su distintivo como gobernante, coincide la mayoría, es una gestión irresponsable y proclive a acumular delitos e irse al fandango.