El Parlamento sueco eligió este miércoles primera ministra a la socialdemócrata Magdalena Andersson, que encabezará un Gobierno en minoría, integrado por la izquierda y los ecologistas, para sustituir a Stefan Löfven, que abandonó el puesto hace unas semanas.
Andersson, primera mujer en gobernar Suecia, recibió 117 votos a favor, 174 en contra y 57 abstenciones, con lo que se cumple la condición establecida en el sistema sueco para ser primer ministro: no tener la mayoría de la Cámara en contra, fijada en 175 escaños.
La líder socialdemócrata deberá afrontar horas más tarde otra votación en la Cámara sobre los próximos presupuestos en la que no tiene garantizada la mayoría y que podría obligarla a gobernar con la oposición de derecha.
La elección de Andersson estaba asegurada tras cerrar anoche un acuerdo con el Partido de Izquierda Socialista, que incluye una mejora a las pensiones más bajas y que cierra dos semanas de negociaciones desde que recibió el encargo para formar gobierno.
Andersson ya tenía comprometida desde hace semanas la abstención del Partido Centrista, con el que tiene un pacto desde enero de 2019, aunque se arriesgaba a que si hacía demasiadas concesiones a los socialistas, aquél le retirara su apoyo.
La líder centrista, Annie Lööf, mantuvo su compromiso pero comunicó que no apoyará los presupuestos del Gobierno y apuntó a que es una “consecuencia” de que este haya negociado directamente con la Izquierda Socialista.
Si Lööf mantiene su promesa, Andersson no tendrá mayoría para sacar adelante sus presupuestos y tendrá que gobernar con los presentados conjuntamente por conservadores, democristianos y el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD).
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Hasta las elecciones generales de 2018, todos los partidos rechazaban colaborar activamente con el SD por su tinte xenófobo, lo que provocó en esta legislatura un pacto de los socialdemócratas con dos fuerzas de centro que le ha permitido gobernar desde entonces.
Pero tanto conservadores como democristianos han modificado su postura y aceptan abiertamente ahora negociar con el SD, aunque aseguran que no incluirán a esta fuerza en un hipotético gobierno salido de los próximos comicios legislativos de septiembre de 2022.
La llegada al poder de Andersson ha venido provocada por la inesperada renuncia de su predecesor, Stefan Löfven, que anunció en agosto de forma inesperada que dejaría a todos sus cargos para facilitar la situación a su sucesor de cara al futuro.
Löfven, que encabezaba un ejecutivo rojiverde en minoría desde 2014, se había convertido a finales de junio en el primer jefe de Gobierno sueco en ejercicio en perder una moción de censura, presentada por la Izquierda Socialista para frenar una reforma del régimen de alquiler de viviendas.
La retirada del proyecto a cargo de los centristas allanó sin embargo el camino para que Löfven pudiese ser elegido de nuevo primer ministro un par de semanas después.
Magdalena Andersson, de 54 años y que se espera que presente su nuevo gabinete este viernes, es ministra de Finanzas desde 2014 y una de las figuras con mejor imagen en el gobierno.