Dos mujeres que viven en una misma casa en la isla de Vancouver Island, parte de la provincia canadiense de Columbia Británica, no pueden desempacar una licuadora que compraron a fines del pasado mes de diciembre debido a que sus tres gatos se apropiaron de la caja con el electrodoméstico ni bien este fue traído al domicilio.

Jessica y Nikki, las dueñas de los animales, dejaron en un primer momento la caja en la cocina. Pero momentos más tarde, cuando quisieron abrirla, su gato de nombre Max, de cuatro años, se había subido encima y no mostraba ninguna intención de bajarse de allí.

Varias horas después, al ver que el animal seguía cómodamente recostado en el mismo lugar, Jessica tomó una fotografía de su mascota y la publicó en un grupo de Facebook.

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En determinado momento, los otros dos felinos, George y Lando, también comenzaron a mostrar interés por la caja y a hacer guardia esperando su oportunidad para subirse.

Durante los siguientes días las dueñas continuaron compartiendo imágenes de los felinos compitiendo por el codiciado lugar en el centro de la cocina y pronto el grupo de Facebook se hizo viral, con miles de personas presenciando esa historia.

Ya transcurridas varias semanas, el propio fabricante de la licuadora, Vitamix, contactó a las mujeres para ofrecerles una segunda unidad, para que así puedan finalmente usar el aparato sin molestar a los gatos.

Sin embargo, la segunda caja corrió el mismo destino, convirtiéndose en un nuevo ‘mueble’ para los animales.

Actualmente en la cocina de Jessica y Nikki hay incluso más cajas, pero el embalaje original sigue en su lugar sin abrir, celosamente custodiado por los felinos.

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