El índice Nasdaq de grandes firmas tecnológicas terminó el miércoles más de 10% por debajo de su máximo récord anotado en noviembre y confirmó lo que en el mercado se conoce como una corrección. Con el cierre del viernes, de 13,768 puntos, acumula una pérdida de más de 15 por ciento.

Una corrección en los mercados financieros es una situación indeseable, por supuesto, porque los precios de un activo o un índice caen más de 10% desde su máximo récord. Pueden ser causados por el fin de una fase de euforia o por cambios en las condiciones positivas que empujaban el precio.

En ambos casos los inversionistas evalúan la situación, reacomodan sus carteras y se posicionan de una manera que responde mejor a la nueva realidad. Esto suele generar fuertes caídas por tomas de utilidades, mientras aumenta la volatilidad en un mercado indeciso sobre sus siguientes pasos.

Nadie quiere quedar atrapado en una fase de corrección del mercado, sobre todo por la posibilidad de que la caída llegue a 20% y se convierta en mercado bajista. Por eso los libros recomiendan intentar entender qué causa los movimientos para responder de una manera lógica y nunca visceral.

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Entender la corrección

La caída del Nasdaq la causan inminentes aumentos a las tasas de interés de la Reserva Federal y crece de cara a la primera reunión del banco central en 2022, que se llevará a cabo la próxima semana. Los inversionistas se preparan para recibir la información que pudiera no gustarle al mercado.

Algunos inversionistas como el famoso Warren Buffett consideran que los mercados accionarios caen cuando las tasas suben, principalmente porque compiten de manera indirecta por aportar un mejor riesgo y beneficio. Sin riesgo, los bonos tendrían más atractivo cuando las bolsas caen.

Las grandes firmas tecnológicas y de crecimiento, cuyas valuaciones se establecen de acuerdo con criterios de ganancias futuras, fueron de las más beneficiadas por fuertes estímulos a la economía de la era pandémica. El retiro de estos apoyos es otro motivo fundamental para esta corrección.

Por otra parte, los avances de algunas de las grandes compañías de tecnología podían considerarse exagerados, sin los estímulos que aceleraron sus crecimientos. Microsoft Corp, uno de los mejores ejemplos, elevó su capitalización en más de 50% en 2021 y difícilmente podría justificarse.

¿Qué hacer en una corrección?

Lo más importante para un inversionista es evaluar constantemente la situación para anticiparse a este tipo de movimientos, pero es sencillo detectarlos sólo cuando ya son realidad. Para los menos experimentados o entendidos, lo mejor es conservar la calma; vender podría no ser la solución.

“En estos momentos no se recomienda vender acciones. Esta situación es algo que no comenzó ahora, viene de unas cuatro semanas atrás por la poca producción de bienes, trabajos, el bajo consumo y las tasas”, dijo Jorge S. Soto, maestro en Finanzas por la Universidad del Valle de México.

Para este operador, los más importante es pensar en qué tipo de acción se invirtió y no operar en función de sus precios. “No es lo mismo invertir en Peloton que hacerlo en Microsoft, por eso hay que leer informes trimestrales. Para pequeños inversionistas es mejor comprar canastas de valores”.

También es necesario comprender que las correcciones son, por lo menos hasta ahora, movimientos temporales y que ocurren con bastante regularidad. En un periodo como 2000-2021 se presentaron 16 correcciones en el S&P 500 y sólo tres derivaron en un mercado catalogado como bajista.

“La decisión y la oportunidad están en todo momento, pero por eso la inversión es para mediano o largo plazos. Las correcciones son lo más normal en los mercados. Ellas dan movimiento. Quienes son capaces de mantener sus minusvalías sin vender son los que tendrán una ganancia extra”, dijo.

Es posible que la mejor acción en estos casos sea la inacción. Una creencia popular en Estados Unidos es que ante el ataque de un oso lo mejor es hacerse el muerto. Y en las bolsas, cuando los osos bajistas hacen caer los precios, lo mejor también puede ser no efectuar movimientos y esperar.

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