Una tormenta acompañada de fuertes nevadas y vientos se desplaza hacia el noreste de EE.UU. desde el Atlántico. Algunas áreas costeras desde Virginia hasta la región de Nueva Inglaterra están en alerta por ventiscas y varios gobernadores han declarado el estado de emergencia. Se calcula que más de 50 millones de personas podrían verse afectadas, informan medios locales.

Las intensas precipitaciones de nieve y las poderosas ráfagas de viento huracanadas de la noche del viernes y de este sábado han provocado cortes de energía, dificultades de movilidad vial, interrupciones en el servicio de trenes y problemas aéreos. Según el servicio de seguimiento FlightAware, este sábado más de 3.500 vuelos nacionales e internacionales han sido cancelados.

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Más de 100,000 usuarios están sin electricidad en Massachusetts, un estado cuya zona costera ha tenido que lidiar con inundaciones provocadas por vientos de más de 120 kilómetros por hora y temperaturas gélidas que amenazan con congelar carreteras.

Entre tanto, en Rhode Island el gobernador Dan McKee aseguró que la tormenta nevada podría ser una de las más “significativas” de la historia del estado y pidió a los residentes permanecer lejos de las carreteras. Asimismo, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha instado a evitar conducir y hacer uso del metro subterráneo, que funciona sin interrupciones.

Las áreas de Nueva Jersey, Nueva York, y Maryland son algunas de las más afectadas por las precipitaciones de nieve. Según comunica el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), la ciudad de Bayville, en la costa de Nueva Jersey, registró 48 centímetros de nieve, mientras que en la localidad neoyorquina de Bay Shore se acumularon 45 centímetros. En Norton (Maryland) la nieve alcanzó algo más de 43 centímetros de altura.

El NWS, que calificó el fenómeno de “ciclón bomba”, advirtió recientemente que es posible que una “gran tormenta invernal” afecte partes del centro del país a mediados de la próxima semana y traiga consigo “una variedad de peligros invernales” como “nieve, aguanieve y lluvia helada” y la probabilidad de temperaturas de entre 20 y 30 grados Celsius por debajo de lo normal, desde el norte de Texas hasta los Grandes Lagos.

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