Santiago Giménez hoy en día está por encima de Javier Hernández. No lo dice un periodista frustrado, lo dice Gerardo Martino. El delantero del Cruz Azul se ganó un lugar en la convocatoria de la selección mexicana de último minuto, pero a base de perseverancia y trabajo. El Chaquito le dice adiós a Chicharito y a Rogelio Funes Mori, quienes no estarán entre los 28 elegidos por el Tata.
Giménez no salió por debajo de las piedras ni es un improvisado. El jugador de 20 años de edad ha atravesado toda carrera por selecciones menores vestido de verde. Tampoco es un bomberazo, es el futuro artillero del Tri para el mundial de 2026. Ahora tendrá que ganar puntos, sumar llamados y posicionarse en el radar de la afición mexicana.
El comparativo del Bebote con sus rivales de posición resulta obsoleto, no es un goleador cualquiera, le gusta ser distinto. Tampoco lo es Raúl Jiménez, aunque con él no compite, el futbolista de los Wolves de Inglaterra come aparte, es el titular indiscutible del cuadro mexicano. La batalla del cementero por un puesto dentro del seleccionado nacional está con los del segundo frente: Henry Martín, Funes Mori y Alan Pulido. En un tercer sector está borrosamente visible Chicharito.
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Hernández está más borrado que nunca del Tricolor. Sus grandes actuaciones en el L.A. Galaxy no le bastaron para que Martino le perdonara el último de sus berrinches. Cuando se le pregunta al entrenador del combinado azteca sobre la ausencia del máximo goleador de la selección opta por dar respuestas ambiguas. Fuentes periodísticas, como John Suctlife, aseguran que gracias a Chicharito un miembro del cuerpo técnico fue destituido de su cargo por encubrir una de sus fiestas. Nadie sale a desmentir ni a rectificar esa información.
El canterano de las Chivas de Guadalajara podrá ser extrañado por los fanáticos en las listas del equipo mexicano, pero a sus espaldas otros piden permiso para destacar. Ahí están Chaquito y Santiago Muñoz, el último de ellos arriesgó su zona de confort en Santos para jugar con la sub-20 del Newcastle de la Premier League.
Por su parte Rogelio Funes Mori también está desaparecido, pero dentro del área cuando juega con México. No encuentra el gol. El Mellizo se convirtió en uno de los villanos favoritos cuando México no pudo ganarle a Costa Rica, Canadá y Estados Unidos en los encuentros clasificatorios rumbo a Qatar 2022.
Las oportunidades de “Santi” para llegar a la Copa del Mundo de Qatar se acrecientan. Llenarle el ojo a Gerardo Martino será una de sus primeras misiones a corto plazo. Su posición como ariete la ha pulido. No es un atacante que priorice el individualismo de romper las redes a destajo para sobresalir, su juego tiende a ser más asociativo. Lo dicen sus números. Acumula 13 tantos desde que debutó con la Máquina en agosto de 2019.
La anatomía y prototipo de Santiago Giménez hacen que destaque por encima del resto. Su 1.82 m de altura pone a creer a sus seguidores que su función dentro del terreno de juego es posicional dentro del área grande en espera de centros por las bandas y así rematar de cabeza. No solo es eso. La zancada del nacido en Buenos Aires, Argentina, le permite conducir el balón por trayectos largos y asociarse de frente al arco para encontrar oportunidades de gol.
El padre de Santiago, Christian ‘Chaco’ Giménez, podrá visualizar lo que el argentino naturalizado no llegó a concretar, que es jugar un mundial con la selección mexicana. Las raíces sudamericanas que atan al menor de los Giménez serán una cualidad de la que podrá sacar ventaja. Altura, corpulencia, buen juego de pies y ritmo de asociación le darán provecho.
No debería sorprender que se convierta en el próximo referente de ataque de la selección mexicana de futbol. A su corta edad se ha convertido en el cambio revulsivo que utiliza Juan Reynoso como estratega del Cruz Azul. Bien podría protagonizar el papel de segundo actor si es que México llega al mundial que se avecina en tierras cataríes.
Ya pudo acabar con los fantasmas que seguían al conjunto cruzazulino. Tras 23 años de sequía Santiago Giménez logró lo que su padre y otras leyendas no materializaron. Ganar el noveno título de liga con el Azul. Chaquito, Bebote, Santi o como lo quieran llamar se ha ganado un puesto dentro del Tricolor.