El Barcelona, tocado todavía de la eliminación europea, se despidió de manera casi definitiva del título de Liga al caer contra el Cádiz (0-1), que consiguió la primera victoria de su historia en el Camp Nou gracias a un solitario gol de Lucas Pérez que le permite salir del descenso.

En otro partido tosco y sin brillantez, el conjunto azulgrana no pudo derribar el muro de Jeremías Ledesma, clave con sus paradas, y se mostró muy blando en defensa, algo que se evidenció en el único tanto del partido.

El Cádiz hizo historia en el Camp Nou y, en un partido que incomodó al Barça, acabó con una racha de quince jornadas sin conocer la derrota en Liga del equipo azulgrana, que con el liderato a 15 puntos sólo le queda asegurarse la clasificación para la Liga de Campeones.

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Y eso que esta vez no se repitieron las escenas del último partido ante el Eintracht Fráncfort en el Camp Nou. Había mayoría de público azulgrana en el templo azulgrana, algo frío sin la presencia de la grada de animación, que no acudió al partido en señal de protesta. La afición quizá era consciente de que el sueño de LaLiga, tras la victoria del Real Madrid ante el Sevilla, era más que remoto.

Se enfrentaba el Barça a un rival que se juega la vida en el último tramo de la temporada y que desde el primer tiempo tenía muy claro el plan, similar al que el Levante y el Eintracht presentaron en los últimos duelos: un bloque compacto en defensa para buscar sus opciones a la contra.

Le estuvo a punto de salir bien la jugada al conjunto andaluz en el primer tiempo, antes de la media hora, con una contra vertical de Sobrino que sirvió una asistencia precisa a Lucas Pérez, que remató el balón algo desviado cuando ya cantaba el gol.

Fue la única ocasión del Cádiz en una primera parte en la que Dembéle fue el protagonista. Explotó su equipo, que presentaba la novedad de Memphis en la punta de ataque en el lugar de Aubameyang, el desequilibrio del galo por la derecha, que fue una pesadilla para Espino.

Al ‘mosquito’ solo le faltó ser algo más preciso en el último pase y tener más puntería en los tres disparos que se inventó, pero se topó con el guardameta Ledesma y las piernas de Fali.

Pese a la insistencia del francés, al Barça le faltaba precisión y pegada en los últimos metros. Mostró buenas intenciones, pero sin contundencia arriba. No es algo nuevo en el Barça de Xavi, que en los últimos partidos parece haber perdido la magia que brilló en el Santiago Bernabéu.

Sólo Dembélé se rebelaba, pero su luz se apagaba en los últimos metros y no acabó al descanso con la resistencia de un Cádiz que en las pocas veces que tuvo el balón sabía qué hacer con él bajo la batuta de Álex Fernández en la sala de máquinas.

Xavi intervino tras el descanso. Permutó las posiciones de Memphis, que pasó a la banda izquierda, y Ferran Torres que paso a ocupar la posición de ‘9’. Pero la sorpresa la dio el Cádiz. En un centro lateral, Sobrino remató dos veces desde el interior del área que rechazó Ter Stegen y a la tercera Lucas Pérez no falló y fusiló al meta alemán (0-1, min.48) , que se mostró visiblemente molesto con las facilidades que dieron Eric García, Lenglet y Jordi Alba.

El Barça quería pero no podía. Precipitado con el balón, lo basó todo a la inspiración de Dembélé, que lo probó con dos disparos potentes que Ledesma rechazo con solvencia. Ante la timidez de sus compañeros, el francés no solo se erigió en el único argumento ofensivo del Barça sino que se atrevió a levantar al público. Pero ni en estas llegó el tanto del Barça.

Xavi lo intentó acumulando delanteros con las entradas de Aubamenyang, Adama y Luuk de Jong, pero fue el Cádiz quien estuvo más cerca de anotar el segundo, pero ni Álex Fernández ni Espino desde el interior del área aprovecharon los regalos de la defensa.

Con más corazón que juego, el Barça lo probó de todas las maneras, pero ni Luuk de Jong ni Abameyang ni Eric García acabaron con la resistencia. El deseo del Cádiz pudo con las dudas del Barça.

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