Un equipo internacional de científicos descubrió en el sector norte del mar Muerto, en Israel, la evidencia más antigua del uso del fuego para cocinar. Los responsables fueron los hombres prehistóricos que habitaron la zona hace unos 780.000 años, según un estudio publicado en la revista Nature.

El descubrimiento fue realizado en el sitio arqueológico Gesher Benot Ya’aqov, donde se hallaron restos de peces similares a carpas atrapados en el lago Hula, que ya no existe. De acuerdo con el análisis de sus dientes, los especialistas lograron advertir que fueron expuestos a temperaturas adecuadas para su cocción.

“No sabemos exactamente cómo fueron cocinados los peces, pero dada la falta de evidencia de exposición a altas temperaturas, está claro que no fueron cocinados directamente en el fuego y no fueron arrojados al fuego como desechos o como material para quemar”, explicó Jens Najorka, arqueólogo del Museo de Historia Natural de Londres.

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 Por su parte, la arqueóloga Naama Goren-Inbar, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, manifestó que “adquirir la habilidad necesaria para cocinar alimentos marca un avance evolutivo significativo, ya que proporcionó un medio adicional para hacer un uso óptimo de los recursos alimenticios disponibles”. “Incluso es posible que la cocina no se limitara al pescado, sino que también incluyera varios tipos de animales y plantas”, agregó.

Los autores también resaltaron que el estudio enfatiza “el papel de los hábitats de humedales para ofrecer una fuente estable de alimentos durante todo el año, que desempeñó un papel importante en la subsistencia y dispersión de los homínidos en todo el Viejo Mundo”.

Además, indicaron que el estudio “demuestra la gran importancia de los peces en la vida de los humanos prehistóricos para su dieta y estabilidad económica” y añadieron que “la gran cantidad de restos de peces encontrados en el sitio demuestra su consumo frecuente por parte de los primeros humanos, quienes desarrollaron técnicas especiales de cocina”.

Hasta el momento, la evidencia más antigua de cocción eran los restos calentados de plantas con almidón encontrados en un horno subterráneo en África, que datan de hace 170.000 años. El nuevo hallazgo retrasa el control del fuego hasta mediados del Pleistoceno, época en que las poblaciones de ‘Homo erectus’ daban paso a homínidos de cerebro más grande, como el ‘Homo heidelbergensis’.

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