El pintor español Pablo Picasso murió hace cincuenta años, pero su arte, que influenció como ningún otro a sus coetáneos, sigue obsesionando también a creadores contemporáneos, algo de lo que dan fe los 55 autores reunidos en la nueva exposición temporal del Museo Picasso en Málaga (sur de España).
Bajo el título “El eco de Picasso”, junto a este se encuentran artistas como Willem de Kooning, Jean-Michel Basquiat, Louise Bourgeois, Jeff Koons, Francis Bacon, Martin Kippenberger, Maria Lassnig, Miquel Barceló, Georg Baselitz, Richard Prince o Antonio Saura, entre otros muchos, dentro de los actos conmemorativos del 50 aniversario de la muerte del pintor.
Su comisario, Eric Troncy, precisó este lunes en la presentación que no se trata de una exposición de Picasso, sino que es “una exposición de arte contemporáneo”, pese a que también cuenta con piezas del malagueño.
“Es un viaje salvaje por las relaciones existentes entre la obra de Picasso y de los artistas vivos durante su vida y tras su muerte”, apuntó Troncy.
A su juicio, “cualquier cosa podría haber tenido cabida en esta exposición, porque el ámbito es muy amplio”, y finalmente define el resultado como una “fantasía” propia que Troncy quiere “compartir con el visitante”.
“Es una exposición sobre el placer, porque es imposible no estar emocionados al tener delante una obra de Picasso y otra de Bourgeois al lado. Hay obras que se han unido y que nunca habían estado juntas, porque siempre intento que las obras no se aburran de mostrarse siempre igual”, aseguró.
Según el comisario, Picasso dio “soluciones para representar las cosas” y todavía hoy “celebramos esas invenciones”, al ser por ejemplo uno de los primeros artistas que hicieron collages o que trabajaron con el bronce soldado, el bronce pintado o la cerámica.
“Soy alguien que está obsesionado con Picasso y que ve a Picasso por todas partes”, reconoció Troncy, que en esta exposición intentó “no mostrar cosas ya mostradas antes”.
Bernard Ruiz-Picasso, nieto del artista y presidente del Consejo Ejecutivo del Museo Picasso, declaró que la exposición “es una posibilidad de ver cómo nuestro mundo cultural y artístico se ha liberado de todo un peso y de las luchas de los artistas en el siglo XX”.
Su esposa, Almine, copresidenta de la Fundación que lleva el nombre de ambos, FABA, consideró que esta exposición muestra “cómo Picasso sigue vivo y está ahora en el ADN del siglo XXI, a pesar de que falleció hace cincuenta años, y esto es algo extraordinario”.
“Algunas de las obras seleccionadas son de artistas coetáneos de Picasso, que le desafiaron porque debían retarle. Hoy la historia es distinta, porque los artistas beben de muchas fuentes”, añadió Almine Ruiz-Picasso, que considera “maravilloso” cómo el malagueño “forma parte del día de hoy y obras suyas parecen de anteayer”.