La Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha comunicado este domingo que “el gabinete político y de seguridad aprobó anoche el estado de guerra y, en consecuencia, el inicio de operaciones militares importantes”. “La guerra impuesta al Estado de Israel mediante un ataque terrorista asesino desde la Franja de Gaza comenzó el 7 de octubre de 2023 a las 06:00 horas”, reza el comunicado.

Se añade que la medida fue tomada de acuerdo con el artículo 40 de la Ley Orgánica del Gobierno. Esta decisión del gabinete de seguridad de alto nivel otorga a la declaración un valor legal de acuerdo con el artículo mencionado que estipula que el país no puede ir a la guerra sin una decisión del Gobierno.

Las autoridades del país hebreo han tomado esta decisión después de que la mañana de este 7 de octubre las Brigadas al-Qassam, ala militar de Hamás, declararan el inicio de una operación militar contra Israel denominada ‘Inundación de Al-Aqsa’, al infiltrarse en el territorio israelí por tierra, mar y aire y lanzar miles de cohetes contra las comunicades hebreas. Al menos 600 personas han muerto en Israel tras los ataques de Hamás, según los últimos informes de los medios israelíes. Por su parte, el Ministerio de Salud de Israel ha confirmado que el número de heridos asciende a 2.048.

Respondiendo a la agresión, el Ejército israelí inició la operación militar ‘Espadas de Hierro’ contra Hamás. Decenas de aviones de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron varios objetivos pertenecientes a la organización de Hamás situadas en la Franja de Gaza.

El Ministerio de Salud de Gaza ha informado este 8 de octubre de que al menos 313 personas murieron y casi 2.000 han resultado heridas por los ataques israelíes.

La noche de este sábado, Netanyahu afirmó que la primera fase de la operación israelí contra Hamás había concluido y prometió devolver “la seguridad” a su país. “Nos embarcamos en una guerra larga y difícil. La guerra nos fue impuesta por un ataque asesino de Hamás”. Además, el primer ministro de Israel prometió utilizar “todo el poder” de las FDI para destruir las capacidades de Hamás y convertir Gaza en “una ciudad en ruinas”.

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