La triunfante batalla de los 380 estudiantes de la Institución Educativa Municipal Montessori contra la contaminación del proceso de producción del café ha llevado a Pitalito, un municipio del departamento colombiano del Huila, a la primera línea internacional por su acción para conservar el medioambiente, que les valió el premio de mejor colegio del mundo.
Con la ilusión brillando en sus ojos, los cientos de estudiantes recibieron este sábado la noticia de que su escuela fue nombrada como la mejor del mundo en la categoría de acción medioambiental en los premios World’s Best School. El trabajo de tantos meses se vio recompensado.
El proyecto merecedor de este premio es Cafelab Colombia, que surgió en 2017 con el objetivo de romper con el modelo tradicional educativo en el que “el maestro habla la mayor parte del tiempo” por otro en el que el estudiante sea parte activa, un cambio que se inició tratando de resolver el problema medioambiental que genera el producto insignia de la región, el café.
Relojes, tazas, lámparas, artesanías, pequeñas casas y contornos de espejos son algunos de los utensilios que los estudiantes elaboran a partir de los residuos del café para después exponerlos en la escuela y poder tener un beneficio académico.
“Colombia se enorgullece de recibir una distinción tan importante (…). Pitalito le manda el mensaje al mundo de que tenemos la mejor escuela”, señaló la ministra de Educación, Aurora Vergara, instantes después de conocerse el galardón.
El popular frailejón Ernesto Pérez, el grupo de danza de la escuela y las banderas de Colombia convirtieron el encuentro en una celebración que se pudo observar en muchos países gracias a la conexión de Pitalito con el mundo.
El premio económico, valorado en 50.000 dólares, es una recompensa para estos profesores y estudiantes que creen en la conservación del medioambiente y esperan un mayor desarrollo a corto plazo para seguir potenciando este proyecto que ha traspasado fronteras.
Necesidad de cambio en el modelo educativo
“Estamos enfocados en cuidar nuestro mundo, en las redes sociales se ve que está muy contaminado, se está deteriorando mucho y este proyecto es algo bueno”, señala a EFE Jaidana Rángel, de 17 años, que como el resto de alumnos es partícipe de investigar el problema de los desperdicios del café, de su posterior reutilización en la economía y de sensibilizar a la población.
Aunque Cafelab Colombia ya se considera un éxito y su objetivo es ser un referente para todo el país, lo cierto es que la reacción de los estudiantes en su etapa inicial fue un tanto distante, incluso de sorpresa” porque estaban acostumbrados a otro tipo de modelo de enseñanza, cuenta a EFE uno de los precursores de la iniciativa ganadora, el profesor Ramón Majé.
Pero transformar la escuela en una incubadora de conciencia medioambiental y comportamiento responsable ha sido un éxito y ha calado en los estudiantes. “El estudiante le encuentra sentido a lo que aprende en la escuela”, agrega Majé.
Gracias a los tallos del café, la cascarilla, el cuncho -una parte de la planta del café- o la pulpa, todos ellos productos descartados en la producción del café y muy dañinos para el agua y la naturaleza, los estudiantes aplican su ingenio y originalidad para hacer verdaderas obras de arte.
Huila es uno de los departamentos líderes en la producción de café en Colombia y afronta un desafío ambiental debido a la gran cantidad de residuos generados durante el proceso, ya que el 95 % de los subproductos, como la pulpa, el mucílago, la cáscara, el caucho y los tallos, son arrojados a los cuerpos de agua, afectando al medioambiente.
Estos estudiantes abanderan del reciclaje del café y ahora el mundo lo sabe y los reconoce.