El músico Eliseo “Cheo” Hernández es el fundador y director de la banda AMORFOS, de la cual también es el compositor de los temas originales que interpreta con guitarra y voz en sus actuaciones. Este grupo de rock veracruzano que existe desde 1993, ha logrado cimbrar con su poderoso sonido y su provocador mensaje cada uno de los conciertos que convoca tanto en pequeños sitios o en escenarios grandes como la CUMBRE TAJÍN en la ciudad de Papantla. Escuchando sus meticulosas letras forjadas tras sus estudios universitarios de literatura, puede afirmarse que este músico que trabaja el edificio de sus canciones desde los cimientos hasta las alturas, bien podría considerarse como el primer rockero poeta de Xalapa.
Atendiendo a la repercusión de su esmerada producción musical y a sus miles de seguidores en el Golfo de México, Palabras Claras presenta a ustedes esta reveladora entrevista con Eliseo Hernández, Cheo para sus amigos.
¿Cómo y cuándo se fundó el grupo AMORFOS?
A inicios de la década de 1990 en la escuela preparatoria Antonio María de Rivera de esta ciudad, y con el fin de tocar covers, un grupo de amigos formamos una banda de rock que tomó por nombre Los poetas amorfos del cajón. En esa época la mayoría de las agrupaciones xalapeñas de rock hacían lo mismo, o sea, interpretar las canciones comercialmente exitosas, siendo muy pocas, por no decir casi inexistentes, las que hacían temas propios. Este vacío en la oferta musical de la ciudad, fue la oportunidad que necesitábamos para distinguirnos de las otras bandas. De modo que nos pusimos a componer temas propios, nos cambiamos el nombre y en el año 1993 debutamos como AMORFOS, defendiendo nuestras canciones originales en los escenarios.
¿Qué unía a sus integrantes y qué tipo de rock querían hacer?
Yo creo que nos unía el deseo de sobresalir en la escena musical local y cierta impaciencia por conseguirlo, pues, de no ser así, habríamos prolongado nuestra estadía en el cover, a sabiendas de que nos llevaría tiempo poder competir con los grupos más destacados, ya que tanto su experiencia como su calidad musical superaban ampliamente las nuestras. La juventud tiene prisa, sobre todo la irreverente; y nosotros, que éramos una suerte de malvivientes que recorrían las calles gastando bromas muy pesadas, e incluso agresivas a la gente,queríamos acelerar las cosas para subvertir su orden. Nuestras primeras canciones tenían mucho de punk; eran sencillas, pero contestatarias; una de ellas, por ejemplo, se llamaba Vamos a matar agentes de tránsito. La idea que guiaba nuestras acciones era la autogestión, lo cual nos daba total independencia en cuanto a lo musical y lo temático; si nosotros organizábamos las tocadas, no había un patrón que nos indicara qué tocar y sobre qué hablar, nosotros lo decidíamos. Por la razón que fuese, empezamos a llamar la atención, hubo personas que nos abrieron las puertas a espacios como la radio, la tv, El Ágora, las facultades universitarias, dando lugar al establecimiento de un público que empezó a consumir propuestas originales, con lo que el horizonte artístico sufrió un cambio irreversible que hoy puede observarse en el hecho de que, a partir de entonces, a la par de las camadas generacionales de grupos covereros que dejan huella en la ciudad, existen las de grupos originales que ídem. Desde luego, los AMORFOS no fueron ni los primeros ni los únicos en este movimiento, fueron uno entre muchos, uno más, ni mejores ni peores que los demás, si acaso los más longevos, los más aferrados, eso sí.
¿Cómo era el rock que escuchaban ustedes en aquel tiempo y cómo es el de ahora? ¿Para ti, cómo evolucionó la música de rock en general?
Cuando nosotros iniciábamos, el rock dominaba el medio musical a nivel mundial. La
cúspide de esa ola fue descendiendo conforme culminaba el siglo, y no es sino hasta ahora, más de veinte años después, que la ola vuelve a levantar, al menos mediáticamente hablando. Los grupos que yo escuchaba en los 90, nacionales y extranjeros, tenían por lo general un mensaje que transmitir, en el que la postura dominante era la disidencia, la inconformidad, la indocilidad. Sin embargo, este tipo de expresiones fueron desapareciendo conforme entrábamos al siglo XXI, las bandas fueron conformándose cada vez más con niños bonitos e insustanciales, bien peinados, alineados completamente con el establishment. Para mí, el rock es sinónimo de rebeldía, no logro concebirlo de otra forma. El género está de regreso, retomando el lugar prominente que en su momento ocuparon la música rave, el trap, el urbano, el reggaetón, etc.; la prueba está en los numerosos reencuentros y las nuevas producciones de los grupos clásicos. Habrá que ver si en las nuevas bandas y las que están por venir, el rock recupera su voz áspera y profunda.
¿Cómo evolucionó el grupo en estos más de 30 años y qué satisfacciones ha dejado?
El grupo tuvo una etapa que va de 1993, año de su debut, al 2001, cuando se separa la alineación que grabó los dos primeros discos: Amorfos (1995) y El último del mundo (1998). Más adelante, por ahí del 2005, yo rearmé la banda con otros miembros, durante breve tiempo. Después, hubo un largo periodo de silencio, hasta que, en el 2018, a instancias mías, el grupo volvió al ruedo con nuevos elementos, manteniéndose en activo hasta la fecha. El tercer material discográfico, Rumor de niebla, fue publicado en 2022; mientras que el cuarto, Cerco solar, está a punto de estrenarse, al menos una canción se dará a conocer antes de que cierre este 2024. A lo largo de todo este tiempo, el mayor logro de la banda consiste en haber compuesto canciones que tocan el corazón de las personas. Cuando alguien en un concierto o a solas canta una canción de AMORFOS, el grupo triunfa. Incluso hay otras bandas que coverean a AMORFOS, mayor homenaje no puede haber.
Hablando de creaciones que tocan el corazón, queremos que nos platiques de uno de tus grandes temas, que es el emotivo rock que le dedicaste a tu padre.
A raíz de la muerte de mi padre, ocurrida en 2003, le he compuesto varias canciones. Algunas de ellas las he grabado con otros proyectos, pero a la que te refieres se llama Todo habla de ti, que forma parte del álbum Rumor de niebla, de AMORFOS. Es, sin duda, una de las más emotivas que he escrito, pues aborda la pérdida del ser querido, desde la perspectiva de quien en todo momento y circunstancia halla correspondencias con el ausente. Trata, aunque suene paradójico, de la omnipresencia de una ausencia, y es justamente el carácter contradictorio de esa situación lo que le otorga un halo de tristeza infranqueable. Cuando mi padre trascendió este plano terrenal, no sólo falleció él; la persona que yo era, también murió. Mi edad en ese momento era de 27 años; por esta razón, de algún modo también formo parte del club rockero de los 27.
¿Qué opinas del rock original o de autoría propia que se hace en el estado de Veracruz?
El rock original de nuestra entidad es, sin temor a equivocarme, de lo mejor del país. A lo largo y ancho del territorio veracruzano hay exponentes del género que están a la altura de cualquiera de los más notables de la CDMX o de estados como Jalisco o Nuevo León, por mencionar los de mayor proyección a nivel nacional. Veracruz cuenta con grupos de calidad más que suficiente, pero no con la infraestructura para que sobrevivan, ya no digamos para llevarlos a la fama, que sí tienen los otros lugares mencionados. Es más, aquí difícilmente se puede vivir de la música; así que, en cuanto al rock, y además original, qué esperanzas. Hace poco, en agosto pasado, fuimos a tocar a Coatzacoalcos, donde me dio mucho gusto comprobar que, a pesar de los inconvenientes, la cosecha de rockeros jarochos nunca se acaba. Ahí alternamos con grupos cuya frescura vaticina una larga vida para el rock del golfo, como también podría llamársele. BLACKROLLA está entre esos grupos coatzacoalqueños.
¿Cómo es el proceso de composición de los temas y cómo se desarrolla la etapa de arreglos de la canción?
Las composiciones corren por mi cuenta. Tengo un pequeño espacio, que hace las veces de estudio, en el que me dedico exclusivamente a eso; ahí, con guitarra y voz, grabo las ideas iniciales, pequeños fragmentos que desarrollo poco a poco, hasta que adquieren estructura y letra de canción. Acumulo estas composiciones hasta que las necesito, sea para AMORFOS u otro proyecto. El disco de AMORFOS que estamos a punto de dar a conocer (Cerco solar), por ejemplo, ya lo tenía compuesto antes de que estrenáramos el anterior (Rumor de niebla). Y espero que, no tardando, en los primeros meses del año, pueda empezar a trabajar con mis compañeros, lo que será el siguiente. Al momento de montar las canciones con ellos, la dinámica consiste en que, ya sea mediante una grabación o en vivo en el ensayo, les doy a conocer las canciones, con pura guitarra y voz, y sobre esa base, ellos crean las líneas de sus respectivos instrumentos.Los avances que resultan en cada ensayo, los vamos registrando, para luego analizar con detenimiento lo que se debe acentuar, corregir o de plano eliminar.
¿Qué temas te gusta abordar en las canciones que compones para AMORFOS?
En los dos primeros discos, el tema al que recurría principalmente era el amor de pareja, pero no para celebrarlo o ensalzar sus virtudes, sino desde la visión de sus tropiezos, de las dificultades que imposibilitan su pleno goce. Una canción representativa de esa época, Cancioncitas, del disco homónimo de la banda, contiene una frase que resume dicha postura: “el amor es de uno”. Cabe mencionar que estas composiciones pertenecen al periodo de mi vida en que me encontraba soltero e indocumentado. Es a partir del tercer disco, ya siendo casado y padre de dos hijos, que el enfoque cambia. Dejo de lado la narración en primera persona, y aprovecho más la tercera; es decir, dejo de hablar tanto sobre mí, para contar sobre otros.
Sigo hablando del amor, pero ahora es filial, de familia, hacia el oficio de hacer música, hacia las mascotas incluso. En Cancioncitas, que fue hecha pensando en una ex pareja, la frase “el amor es de uno” es continuada por el verso “idealizándote voy”. Una de las canciones de esta nueva época, Rumor de fantasmas, hecha pensando en el nacimiento de mi hijo mayor, utiliza nuevamente la frase “el amor es de uno”, que ahora es continuada por el verso “es que puedo consagrarlo a ti”. Antes me acercaba al tema desde un circunloquio monomaniático, en el que la búsqueda del complemento afectivo nunca se concretaba, porque se andaba tras un ideal. En cambio, ahora el amor es práctica, no sólo idea; no es un fantasma, se experimenta a través de presencias tangibles, de carne y hueso, carne de mi carne, y sangre de mi sangre. Ahora bien, no quiero que con lo dicho se entienda que en el presente mis letras sean pura miel sobre hojuelas; para nada, no han perdido su filo; creo que poseo la capacidad de observar y delinear en mis textos los claroscuros en torno a las situaciones que abordo.
¿En la actualidad, quiénes son los integrantes de AMORFOS?
El disco que está a punto de salir, fue grabado por Rodrigo Hernández en la batería, Arturo Acuña en el bajo, Miguel Cruz en la guitarra líder, y yo en la guitarra de acompañamiento y voz. Sin embargo, por cuestiones de trabajo de Rodrigo, ahora el baterista es Óscar Ballesteros, y hemos sumado también a Martha Montoya en los coros. El plan es que con la actual alineación llevemos a cabo la siguiente producción discográfica de la banda. Ojalá así sea.