El empresario citrícola Javier Vargas Arias fue asesinado a tiros este jueves en Veracruz, un crimen que ocurre tres días después del homicidio de un productor de limones en Michoacán.
Según los primeros reportes, Vargas Arias fue atacado a balazos por sujetos armados en la comunidad Jardín Nuevo, en el municipio de Álamo Temapache.
El empresario, de 43 años, iba caminando por una calle cuando los agresores lo balearon y huyeron en una camioneta.
Vargas Arias fue trasladado al Hospital General de Álamo Temapache, donde posteriormente se confirmó su fallecimiento.
La fiscalía de Veracruz investiga los hechos, pero aún no ha informado de sospechosos o responsables del crimen.
Álamo Temapache, considerado “capital mundial de la naranja” por ser el principal productor de este crítico en México, es uno de los municipios más afectados por las lluvias catastróficas que azotaron al país a inicios de octubre, con extensos daños en los cultivos.
Vargas Arias estaba identificado como un empresario citrícola dedicado a la compra y venta de naranja, mandarina y limón.
Este crimen ocurre tres días después de que el presidente de la Asociación de citricultores del Valle de Apatzingán, Bernardo Bravo, fue localizado sin vida, después de haber denunciado amenazas por grupos criminales.
El lunes, el cuerpo de Bravo fue encontrado con huellas de violencia dentro de vehículo, en el camino que conduce a la comunidad Los Tepetates.
Bernardo Bravo era conocido por encabezar en los últimos meses manifestaciones debido a las extorsiones del crimen organizado contra el sector limonero. En febrero pasado, había denunciado a través de redes sociales que había recibido amenazas de parte de grupos criminales.
Este jueves, se informó de la detención de una mujer identificada como pareja sentimental del presunto narcotraficante César Sepúlveda Arellano, alias El Botox, líder del cártel de Los Blancos de Troya, una de las organizaciones criminales investigadas por el asesinato de Bravo.
Las autoridades han identificado que el sector citrícola de Michoacán actualmente enfrenta el cobro de extorsiones por parte de los cárteles del narcotráfico.










