Se cumplen 15 años de la muerte de Carlos Monsiváis: cronista irreverente, lector voraz y figura clave que unió lo culto con lo popular sin perder la lucidez ni el humor. Lo recordamos con una selección de textos: por un lado, de las colaboraciones que entre 1999 y el año de su muerte publicó regularmente en Letras Libres; por el otro, de los artículos de otros autores que analizan su pensamiento y su figura indispensable.
En este texto, Enrique Krauze repasa algunos de los momentos que marcaron su amistad con Carlos Monsiváis.
En 1970, una breve estancia en el Reino Unido le permitió a un joven Monsiváis revisar sus ideas sobre la literatura y cultura mexicanas. La correspondencia que mantuvo con José Luis Martínez retrata a un escritor que se aleja del ruido nacional para observar mejor su país.
En su lectura de la biografía Carlos Monsiváis. Culture and chronicle in contemporary Mexico, de Linda Egan, Christopher Domínguez Michael recupera la figura del escritor “como el marginal que viajó hacia el centro, el espectador que se transformó en espectáculo, un liberal que cree en la utopía como distribución equitativa de la esperanza.”
La figura de Monsiváis es ineludible cuando se habla de la cultura de su época. Armando González Torres explora su obra preguntándose cómo puede esta ganar la simpatía y el interés de nuevos lectores.
A partir de la lectura de Huesos en el desierto, Carlos Monsiváis escribió una crónica de la barbarie: lo que revela el libro de Sergio González Rodríguez es, para él, el rostro verdadero de un Estado que se retira y consiente. A más de dos décadas de su publicación, es uno de los artículos más leídos en el sitio web de Letras Libres.
Intelectual emblemático de la izquierda mexicana, Carlos Monsiváis fue un partidario temprano de la Revolución cubana, que pasó paulatinamente a la desilusión y el rechazo. Esta cronología de sus textos da cuenta de ese tránsito.
En estos artículos, publicados originalmente en 1968, Monsiváis reflexionó sobre el movimiento estudiantil y la represión de aquel año, que evidenció la crisis de la Revolución mexicana y el abandono de su espíritu.
Como Jorge Fernandez Díaz escribe aquí, la célebre polémica que Octavio Paz y Carlos Monsiváis protagonizaron a finales de los años 70 resuena en tiempos en que la izquierda guarda un silencio cómplice frente a las tiranías de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Monsiváis fue mucho más que un cronista: fue un crítico agudo, lector insaciable y voz imprescindible para entender México entre la cultura alta y la cultura popular. Su ausencia aún se siente, escribe Liliana Muñoz.
En esta crónica, Monsiváis ofrece una mirada lúcida a la Ciudad de México: sus contradicciones, su humor involuntario, sus ruinas vivas. Una urbe que se reinventa en el caos, entre la modernidad frenética y las marcas indelebles del pasado.
Para Álvaro Enrigue, leer a Monsiváis con atención permite descubrir en su pesimismo una fe invertida en el progreso: herencia crítica del siglo XIX que atraviesa toda su obra.
En “Los 41 y la gran redada”, Carlos Monsiváis narra el estigma y la burla de la que fueron sujetos los homosexuales de principios del siglo XX. También muestra cómo entre la opresión, el humor y la resistencia, la comunidad LGBTQ construyó su identidad en México.
En 2003, Monsiváis analizó la mitología y la realidad en torno a la relación entre México y Estados Unidos: una marcada por asimetría y la injusticia, a pesar de los frutos que de ella se han obtenido. ~