Un equipo de arqueólogos han encontrado recientemente una serie de misteriosas “huellas fantasmales” en las salinas de un desierto de Utah (EE.UU.), recoge Live Science. El nombre del hallazgo responde a sus características de visibilidad: las huellas se presentan solo después de la lluvia, mientras en el sol se secan y desaparecen.

Inicialmente, el equipo encontró solo algunos rastros, pero un análisis exhaustivo del área utilizando un radar de penetración terrestre reveló al menos 88 huellas individuales de adultos y niños.

La edad estimada de las huellas es de 10.000 a 12.000 años. Por lo tanto, podrían pertenecer a la última era de hielo en el Pleistoceno.

El desierto en el que se realiza la investigación, lleva el nombre de un lago cercano: el Gran Lago Salado. Anteriormente, en el sitio había un cuerpo de agua similar, que se secó lentamente, pero dejó mucha sal. Las huellas encontradas pertenecen a los habitantes de la zona en aquel proceso de transición, cuando el lago representaba un humedal.

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Durante este tiempo, las condiciones eran ideales para crear “huellas fantasmales”, explicaron los investigadores, citados por Live Science. La gente aparentemente caminaba por aguas poco profundas y la arena llenaba rápidamente sus huellas. Pero debajo de la misma había una capa de barro que mantuvo la huella intacta después del relleno. Esta característica las hace indistinguibles del paisaje circundante.

Normalmente, cuando llueve, el agua se absorbe rápidamente en los sedimentos, lo que significa que el suelo vuelve rápidamente a su color normal. Pero cuando la lluvia cae sobre las huellas de barro ocultas, el agua queda atrapada, creando parches de sedimento oscuro y húmedo que sobresalen del entorno.

Anteriormente, a menos de 1,6 kilómetros de donde se detectaron las huellas, un equipo de investigación encontró un campamento de cazadores-recolectores que data de hace 12.000 años. Allí pueden haber vivido las personas que dejaron las huellas en el desierto del Gran Lago Salado. En el asentamiento se encontraron herramientas y semillas de tabaco carbonizadas, que son las primeras evidencias del consumo de la planta.

Sin embargo, el descubrimiento reciente aún no ha sido publicado en una revista científica, ya que los investigadores todavía están analizando las huellas.

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