Arqueólogos de la Universidad de Estocolmo han descubierto un astillero único de la era vikinga en la antigua ciudad de Birka, situada cerca de la capital sueca en la isla de Björkö, en el lago Mälaren.
Se trata de una depresión revestida de piedra en la zona de la orilla, con un embarcadero de madera en el fondo. En el lugar los investigadores encontraron muchos remaches de barcos, piedras de afilar y herramientas para procesar la madera, según un comunicado de la universidad.
“Nunca antes se había encontrado un sitio como este, es el primero de su tipo, pero los hallazgos muestran de manera convincente que se trataba de un astillero”, comentó Sven Isaksson, profesor de Ciencias Arqueológicas de la universidad.
La ciudad de Birka fue uno de los mayores centros comerciales de los vikingos. Estuvo activa entre los años 750 y 975 d.C., cuando el lago Mälaren era una bahía del mar Báltico y Birka un puerto marítimo.
Lo que más despertó el interés de los arqueólogos es el territorio que por el color del suelo se llama Tierra Negra. Fue precisamente allí donde se detectó la mayoría de los hallazgos, pese a que no era el centro de la ciudad, sino simplemente una pendiente suave que conduce hacia el agua.
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El área urbana principal estaba ubicada en el oeste de la isla, era mucho más grande que la Tierra Negra y estaba rodeada por un ancho muro defensivo. Sin embargo, la muralla alrededor de Birka funcionó no solo como una fortificación, sino que también sirvió como límite legal, económico y social.
En el suroeste de la Tierra Negra se encuentra una colina de 30 metros de altura en la que se detectaron los restos de una fortificación, obviamente un puesto de observación desde el que se veían claramente los accesos a la isla.
El descubrimiento plantea nuevas preguntas acerca de cómo se organizaban las actividades marítimas de la era vikinga. A los historiadores les interesa especialmente saber quién tenía permiso para atracar en un lugar de amarre ubicado fuera de la muralla de la ciudad, igual que el astillero.
“¿Cualquiera podía amarrar en cualquier lugar, o era importante si estaba dentro o fuera de la muralla de la ciudad? Hay mucho que reflexionar aquí”, indica Isaksson, que sostiene que ahora su equipo continuará los estudios en el laboratorio.