La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informa que, de manera temporal, se han cerrado al público los vestigios del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl y el Juego de Pelota, ubicados en la calle de República de Guatemala 16, Centro Histórico de la Ciudad de México, debido a trabajos de obra, mantenimiento y conservación del inmueble en el que se encuentran.
“Se están llevando a cabo trabajos de obra en el edificio, donde están los vestigios arqueológicos que hemos venido trabajando desde 2009: la parte posterior del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl y una sección del costado norte del Juego de Pelota; además, están los restos de la casa de Juan Engel, uno de los primeros fundadores de la Nueva España”, explica el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, director del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH.
El arqueólogo Barrera asegura que los edificios prehispánicos han sido protegidos con geotextil por el equipo de restauración del Museo del Templo Mayor (MTM), con el fin de evitar que se dañen; los trabajos se realizarán por un tiempo indefinido, por lo cual la reapertura del espacio podría tardar unos meses.
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El hallazgo
En este lugar, en el año 2010, se encontró la parte posterior del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl; se trata de un basamento en el que se exhiben los restos de dos cuerpos arquitectónicos: un muro en talud, con restos de estuco que presenta diferentes etapas constructivas, y la que se aprecia es la Etapa VI, que corresponde al gobierno de Ahuízotl, quien gobernó Tenochtitlan entre los años de 1486 y 1502.
En cuanto a los restos del Juego de Pelota, corresponden a esta misma época, pero también se pueden apreciar los vestigios de unos escalones que son de una etapa anterior, es decir la Etapa V, aproximadamente de 1481 al 1486 y restos de piso de lajas de basalto, que muestran diferentes momentos constructivos de una plaza abierta prehispánica; además, se puede apreciar una ofrenda que fue “matada ritualmente” y que contiene los restos de dos braseros que quedaron in situ, asevera el director del PAU.
En cuanto a los restos del Juego de Pelota, Barrera Rodríguez recuerda que, en el año 1900, el arqueólogo Leopoldo Batres trabajó a lo largo de la calle de República de Guatemala y encontró restos arquitectónicos y de algunas ofrendas que están asociadas con el Juego de Pelota; después, con las obras del Metro en 1967, igualmente se encontraron otras ofrendas y una escalinata que forma parte del mismo edificio. El Juego de Pelota presenta una orientación de este a oeste y está vinculado en un eje que coincide con el adoratorio del dios de la Guerra de los mexicas: Huitzilopochtli.
El futuro
Por fortuna, continúa el arqueólogo, ha habido el interés y la disposición de las autoridades y de los dueños del edificio en construcción para abrir el espacio de manera provisional, con el fin de que el público lo pueda visitar; es importante mencionar que, tan pronto culminen los trabajos, se reabrirá al público, y una vez que termine la construcción del nuevo hotel, tendrá los mismos horarios del MTM, bajo la responsabilidad del INAH, como un recinto de sitio en el que se incluirá material arqueológico y una nueva museografía, con un acceso independiente.
El PAU terminó el trabajo de excavación en el espacio, pero continúa con su trabajo desde tres ejes importantes: la intervención arqueológica, la protección del patrimonio y la difusión, con el fin de proteger los vestigios de las épocas históricas: prehispánica, virreinal y de los tiempos más recientes, concluye el arqueólogo.