Un equipo internacional de científicos sugiere que el asentamiento neolítico de Le Peu, situado en el departamento de Charente, en la parte sudoccidental de Francia, podría haber sido el hogar de los primeros constructores de megalitos en la Europa atlántica. 

Explorando el territorio de este asentamiento, datado del 4.400 a. C y descubierto en 2011, el equipo liderado por Vincent Ard, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, junto con colegas de Alemania y otras instituciones francesas, descubrió los restos de varias construcciones de madera y la doble empalizada y la zanja que las rodeaban. 

Los arqueólogos identificaron tres estructuras residenciales de tierra y madera, cada una de unos 13 metros de largo. Los edificios estaban ubicados en la cima de un promontorio con vistas al cementerio megalítico de Tusson, lo cual les hizo suponer que los habitantes del asentamiento participaron directamente en la creación de ese monumento funerario, señalan los expertos en su estudio, publicado en la revista Antiquity.

El análisis geomagnético de la zona reveló que hace miles de años, el promontorio donde se ubicaban las casas estaba rodeado por un pantano. Las características del paisaje sirvieron de protección natural a sus habitantes, que además fortificaron el lugar con un foso y una empalizada doble.

Los científicos sugieren que de esa manera, sus pobladores buscaban defenderse de otras tribus, lo que puede indicar un aumento de las tensiones sociales en la era neolítica.

Los edificios de madera ya han sido reconocidos como los más antiguos de la región y el hallazgo de este asentamiento ofrece una idea de cómo vivían los primeros constructores de megalitos.

En aquella época, la madera y la tierra eran los materiales de construcción preferidos para las viviendas, “mientras que la piedra dominaba en el mundo de los muertos”, apuntan los autores de la investigación.

Los monumentos megalíticos, como megalitos, círculos de piedra o dólmenes [grandes losas horizontales que se apoyan sobre piedras verticales] estaban hechos de piedra, lo que ha permitido que algunos hayan sobrevivido hasta nuestros días. Sin embargo, los científicos todavía saben muy poco sobre sus creadores, en particular, sobre dónde y cómo vivían.

El estudio de este antiguo asentamiento permitirá conocer más detalles sobre la vida de las tribus que habitaron en esta región en la Edad de Piedra.

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