Las excavaciones en la Villa de los Quintilios, cerca de Roma, han revelado los restos de una bodega única, que data de mediados del siglo III d.C., informa un estudio publicado este abril en la revista Antiquity de la Universidad de Cambridge.

Los autores del estudio, Emlyn Dodd, Giuliana Galli y Riccardo Frontoni, indican que la bodega fue descubierta por arqueólogos cerca del circo para carreras de cuadrigas situado en los terrenos de la villa, un territorio de 24 hectáreas que pertenecía al emperador Cómodo. 

El complejo consta de varias salas que se consideran típicas de las bodegas romanas. Hay una zona para el pisado de la uva, dos prensas, una cuba para la recogida y asentamiento del mosto y un sistema de canales que conecta estos elementos con una bodega con tinajas, hundidas en el suelo, para el almacenamiento y la fermentación del vino. La bodega está rodeada por tres lados de salas que no parecen estar relacionadas con el proceso de producción del vino y están bien decoradas.

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Se cree que la bodega era utilizada por el emperador para celebrar fiestas rituales del vino. Al principio de la celebración, el gobernante y los invitados veían cómo se elaboraba el vino en una representación especial del proceso, y luego lo degustaban. Lo más probable es que el objetivo de este ritual fuera celebrar la nueva cosecha. Se trata de la segunda bodega de este tipo descubierta hasta la fecha. La primera se excavó en Villa Magna, y también refleja antiguos rituales imperiales del vino.

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