Según el texto épico Mahabharata, tiempo después de convertirse en el rey de los iadavas, Krishna construyó Dwarka, una inmensa y riquísima ciudad donde montó su reino y llevó a sus subditos. Dwarka o Dvaraka, también conocida como Dvāravatī, significa literalmente “puerta hacia el cielo” en sánscrito (Dwar es puerta y ka está relacionado con el dios Brahma). Era la “Ciudad Dorada”, la morada de Krishna, el octavo avatar de Vishnu.

Dejando de lado la mitología, por otro lado, existe una Dwarka moderna (en guyaratí: Dwārakā), una ciudad en el distrito de Devbhoomi Dwarka (Guyarat), estado de Guyarat, India. Esta ciudad actual, sagrada para el Hinduismo, Jainismo y Budismo, heredó su nombre de la mítica Dwarka del Mahabharata.

En la década de 1980, en base a un hallazgo casual, el arqueólogo S. Rao realizó una excavación a los pies de un templo de la actual Dwarka y encontró los restos de otros templos más antiguos, construidos uno encima de los cimientos del otro.

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Dwarka – Bloques de piedra geométricos
Basándose en las leyendas del Mahabharata, S. Rao inició una investigación submarina frente a la actual Dwarka. Luego de una serie de expediciones y sin mayores referencias que las mencionadas en el texto sagrado, encontraron las estructuras pétreas de una ciudad portuaria fortificada sumergida por el océano hace unos 3500 años.

Las excavaciones se realizaron entre 1985 y 1989, a 200 metros mar adentro de la costa de la actual ciudad de Dwarka, y se hallaron antiquísimas vasijas y objetos de cerámica del estilo de la cultura del valle del Indo (del III milenio AEC).

Un estudio de como la ciudad fue cubierta por el agua sugiere que durante los últimos 3500 años hubo un incremento del nivel del mar de unos 5 metros.

En los muros de contención se observan bloques masivos con juntas en forma de “L” para resistir los golpes de las olas y las corrientes, lo que demuestra que sus constructores tenían los conocimientos necesarios para construir instalaciones portuarias.

Aún más asombroso fue el descubrimiento de una cresta de 2 metros de altura que discurre casi paralela a la orilla por una longitud de unos 500 metros. Su cara exterior ha sido revestida y hay varios agujeros artificiales, presumiblemente como dispositivo de amarre de cabos.

El puerto de Dwarka proporciona la primera evidencia clara de la modificación de la roca natural para utilizarla para las necesidades de un puerto. Más tarde, los fenicios también modificaron los arrecifes en el siglo IX-VIII AEC con el mismo propósito.

Un examen de las estructuras submarinas y de los elementos encontrados en ellas convencieron a los expertos a cargo de la investigación que la ciudad sumergida de Dvaraka era la misma que la descrita en el Mahabharata.

El capítulo III del 16vo libro del Mahábharata, llamado Mausala Parva (Destrucción), relata cómo, luego de la muerte de Krishna, la ciudad fue engullida por el mar:

“El mar que hasta entonces había estado bañando las orillas de la playa, de repente rebasó las fronteras que la naturaleza le había impuesto y se precipitó hacia la ciudad, inundando las calles y derribando los hermosos edificios. El mar cubrió la ciudad entera. Todos volvieron la cabeza y vieron cómo el mar arrasaba las casas y los palacios sumergiéndolos unos tras otros.

Arjuna miró por última vez la mansión de Krishna, que inmediatamente desapareció bajo las aguas de un mar embravecido. Después de unos pocos momentos ya no quedaba nada, y el mar nuevamente se había convertido en un plácido lago de aguas tranquilas, pero ya no quedaba ni rastro de aquella hermosa ciudad que en un tiempo fue el lugar de residencia favorito de los pandavas. Dwaraka ya no era más que un nombre; una memoria.”

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