María Enriqueta Camarillo nació el 19 de enero de 1872 en Coatepec, Veracruz. Estudió piano y fue pintora, poeta y escritora. Creció en una familia que apoyaba a sus miembros, hombres y mujeres a participar activamente en sus aspiraciones literarias.  Años después y como esposa de diplomático pudo conocer varios países, radicándose algunas décadas en Madrid donde publicó varias de sus obras, entre ellas la novela El secreto, que fue traducida al francés, italiano y portugués. Murió en 1968 en la ciudad de México.

Está considerada como la primera autora modernista de Hispanoamérica, con obra influenciada por José Martí. En algunas de sus poesías refleja el incipiente feminismo de finales del siglo XIX. Escribe sobre el arte, la belleza, el amor tanático y los amores imposibles.

Su libro Rosas de la Infancia fue texto de escuelas primarias durante muchos años con el apoyo de José Vasconcelos. Está catalogada como la primera escritora profesional mexicana.

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Su poema “Hastío”, publicado en 1894 en el periódico El Universal y firmado con su pseudónimo Ivan Moszkowski, es una crítica a la violación y a los mitos androcéntricos; una poesía feminista cuya metáfora muestra una oposición y lucha contra lo masculino. En “Supersticiones” enseña la reacción feminista contra una sociedad en el poder, que cree en la inferioridad intelectual de la mujer.

La feminista Elizabeth Narváez-Luna dice que “la obra de María Enriqueta Camarillo exhibe características ginopoéticas como valentía, coraje e independencia de pensamiento”. Grau Llevería la considera precursora político-social de las ideas feministas de la nueva mujer del fin del siglo XIX. 

Kathleen McNerney y Susana Villanueva han estudiado su obra, coincidiendo en que es una autora modernista, injustamente olvidada por la historia por su condición de mujer. José Emilio Pacheco alguna vez afirmó que “Caramillo es la única poeta con significación en el modernismo antes que Juana de Ibarborou y Alfonsina Storni.  Otros críticos dicen que sus versos pueden emparentarse a los de Urbina y Bécquer.

Su poema “Paisaje” habla de nostalgia y también de independencia, evocando al amor y a su querido Coatepec. Este poema fue musicalizado por Franco González e interpretado por Los Tres de Coatepec. 

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