Con motivo del Homenaje Nacional a Sergio Pitol (1933-2018), escritores y editores evocaron la obra y figura de este escritor en una tertulia que se realizó en el Auditorio García Robles del Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

En la mesa redonda “El viajero diplomático”, que se retrasó un poco debido a la fuerte lluvia que se registró anoche, el escritor Hugo Valdés mencionó que Sergio Pitol trabajó en un mundo hecho a la medida de ciertos personajes del escritor Henry James.

Personajes como el de las embajadas, que además lo ayudó a moldear su carácter solitario con relación a las generaciones oficiales, le permitieron disfrutar de lo que leía y veía con absoluta independencia.

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El narrador regiomontano Valdés, autor de novelas como “Días de nadie” y “El asesinato de Paulina Lee”, relató que la primera visita de Pitol a Polonia se constituyó como una verdadera experiencia.

El autor de “Breve teoría del pecado”, siguió leyendo un texto que preparó y en el que describe esa relación de los personajes de Sergio Pitol con sus viajes a importantes ciudades y, sobre todo, a lugares emblemáticos.

El promotor cultural Phillippe Ollé-Laprune recordó que participó en unos homenajes al escritor, traductor y diplomático Sergio Pitol en el Palacio de Bellas Artes y Xalapa, pero esta es la primera vez que hablaría ante su ausencia definitiva y con un poco de tristeza.

El fundador de la Casa Refugio Citlaltépetl, destacó que dentro de un universo salió Pitol como una figura, como un céntrico, tanto el viaje como la ayuda del extranjero fueron las constantes que permitieron la construcción de una obra. “Que hoy es ampliamente aclamada por la crítica y los lectores.

Pitol fue uno de los más atrevidos de los escritores mexicanos, siempre en búsqueda de otra parte, tanto en el campo geográfico como el ejercicio literario a través de la escritura o la lectura”, aseguró Ollé-Laprune.

Algunos de los tantos logros que tuvo Pitol, señaló el promotor cultural, fue que adquirió una gran reputación como traductor, cuyos conocimientos, su figura y talento lo llevaron a ser uno de los traductores más reconocidos.

“El arte de traducir no solo tiene un fin artístico, también es un medio para romper una pared de incomprensión, para alejar las xenofobias y la estupidez”, apuntó Ollé-Laprune.

Héctor Orestes Aguilar, director general de Proyectos Editoriales y Culturales de la Secretaría de Educación Pública, aseguró que Sergio Pitol hizo proseguir su pasión por el viaje con un enorme oficio diplomático y la construcción de mundos literarios que hicieron a un muy singular hombre de letras.

Un hombre de letras que vivió, abundó Orestes Aguilar, cada momento de su vida, con una experiencia literaria y viajó a países como Polonia y luego a España, naciones en que el tiempo que estuvo conoció a grandes personalidades de la política europea.

El ensayista Aguilar fue dando detalles de algunos viajes que hizo Pitol, a través de proyecciones de imágenes que retrataban al escritor platicando con figuras reconocidas en el ámbito cultural y diplomático.

 

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