Este martes por la tarde, los colectivos No Vivimos del Aplauso, Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte de México (Moccam) y Asamblea por las Culturas, emitieron una misiva pública como respuesta a la carta enviada por Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura federal, el domingo pasado, en la que explicó la razón por la que era inviable para la dependencia ofrecer “subsidios directos” de 15,000 pesos a un posible universo de 100,000 artistas, propuesto en distintos momentos por las tres agrupaciones, y en la que mencionó, en todo caso se implementaron mecanismos para apoyar a los creadores a cambio de una colaboración a través de dos mecanismos que la dependencia puso a disposición durante la contingencia: un banco de funciones para artistas escénicos y la contribución en la plataforma digital Contigo en la distancia.

En la respuesta de este martes, los colectivos aseguraron que la petición no fue por subsidios sino “contratos por adelantado a trabajo por realizar o compartir a través de plataformas de la misma Secretaría con un contrato sencillo, específico y universal, con un monto concreto de 15,000 pesos para cada uno de los 100,000 artistas”.

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En ese sentido, desestimaron la función de Contigo en la Distancia como una plataforma viable para solventar las necesidades de la comunidad. Expresaron que “sólo abarca un grupo selecto de 1,351 artistas y trabajadores de la cultura, dejando fuera a la inmensa mayoría de la comunidad”.

La cantidad referida corresponde con los resultados de la primera convocatoria de Contigo en la Distancia, misma que estuvo abierta del 25 de marzo al 30 de abril y a partir de la cual fueron elegidos 1,351 proyectos, los cuales recibieron apoyos de 20,000 pesos. Las bases no especificaron si la participación para el apoyo era única e irrepetible para cada artista.

“Nos parece ofensivo que, después de haberle señalado en reiteradas ocasiones que la plataforma Contigo en la Distancia es discriminatoria y sólo abarca un grupo selecto de 1,351 artistas y trabajadores de la cultura, dejando fuera a la inmensa mayoría de la comunidad, vuelve usted a plantear su plataforma que, además es excluyente del universo de públicos que no tienen acceso a la tecnología o enfrentan alguna enfermedad, vulnerabilidad económica, edad avanzada”, declararon en la respuesta.

En contraste, en la carta emitida este domingo, Frausto Guerrero refirió que Contigo en la Distancia ha superado ya los 4,000 materiales disponibles en la plataforma digital, mismos que fueron seleccionados a través de convocatorias distintas que se han sumado al primer llamado de Contigo en la Distancia. Refirió que a partir de una reunión sostenida el 28 de abril entre la directora general del INBAL, Lucina Jiménez, y el director general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, Mardonio Carballo, con representantes de los tres colectivos, los funcionarios “informaron siempre que no teníamos posibilidad de otorgar apoyos de esa naturaleza, que, de hacerlo, los montos deberían definirse invariablemente bajo el rasero de las posibilidades presupuestales reales”.

Por otra parte, en la misiva, los colectivos sostuvieron que “el universo de 100,000 ‘posibles beneficiarios’ no es una ocurrencia y está fundamentado en las estadísticas y la Cuenta Satelital del INEGI, datos que la misma Secretaría a su cargo ha mencionado en reiteradas ocasiones y que representa tan sólo una décima parte del posible universo total de artistas y trabajadores de la cultura independientes a nivel nacional”.

La Cuenta Satélite de la Cultura de México 2008-2018, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), es el más próximo referente del universo de ocupación laboral artística en el país que, hasta 2018 registró 1 millón 395,669 puestos de trabajo ocupados en el sector cultural y distribuidos en 10 áreas generales, cada una subdividida por sectores específicos. Por ejemplo, hasta ese año había un registro, por ejemplo, de 498,151 puestos de trabajo ocupados en el área de artesanías, 1,567 trabajos en las áreas específicas de pintura y escultura, 22,353 en las artes escénicas y espectáculos, 48,442 puestos de trabajo para la música y conciertos o 194,939 de trabajadores ocupados en los medios audiovisuales, llámese cine, radio y televisión, entre otros.

Los colectivos refirieron que dada la falta de un censo o padrón de artistas, artesanos y trabajadores de la cultura a nivel nacional, un equipo designado por los tres colectivos y de manera consensuada con un equipo de la Secretaría de Cultura, se integró un listado de 4,382 creadores en precariedad, que finalmente fue recibido por la dependencia, y no así un listado de 2,903 personas propuestas como lo mencionó Frausto Guerrero en su misiva.

En entrevista telefónica, Polo Castellanos, vocero del colectivo Asamblea por las Culturas, confirmó que el acuerdo fue el de realizar pagos únicos de 15,000 pesos para cada artista de ese listado.

“Hubo un acuerdo con el equipo de trabajo de Cultura y recibieron una lista de 4,382 personas. Frausto declaró 2,903 (artistas), pero no sabemos de dónde sacó el número o si al final ese listado fue rasurado. En él están incluidas personas de pueblos originarios”, dijo Castellanos.

Declaró que sí hubo un compromiso de parte de las autoridades para entregar un apoyo para los incluidos en la lista y anunció que este miércoles los tres colectivos presentarán videos de las reuniones en las que las autoridades se comprometieron a entregar dichos apoyos.

La discusión de ambas partes orbita la ausencia de un censo oficial, delimitado y detallado de la actividad laboral artística en el país, y con eso, la ausencia de las posibilidades de regular este mercado y garantizar un programa de seguro social para el gremio.

En febrero pasado, en el marco del seminario “Los creadores, artistas y trabajadores del arte y la cultura como sujetos de derechos”, la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, confirmó a la prensa que la dependencia ya trabaja en proyectos fundamentales para el gremio, como el de un seguro social para creadores, el cual, sin embargo, estará impedido mientras ninguna de las normativas en el país especifique y delimite qué es un creador, un artista y un trabajador de la cultura.

“Parece un asunto menor, pero no lo es, porque no podemos pensar incluso en el programa más importante por el que clamamos, que es el de seguridad social, si no decimos quién es el sujeto que se va a beneficiar. Por eso quisimos comenzar por una discusión antes de armar una agenda legislativa, porque con una definición consensuada, en la que no se nos escape ningún hilo, podamos llegar con el Legislativo y decir que se va a trabajar sobre una definición”, declaró entonces.

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