Hong Kong es sinónimo de lujo en el real estate mundial. La ciudad se ha convertido en 2018 como la más cara del planeta para vivir y trabajar. Con un coste medio de 112.400 dólares anual por persona, la metrópoli asiática ha superado a Nueva York y Londres en el ránking que elabora cada año Savills Aguirre Newman.

La consultora mide en su informe Live/Work el coste medio de superficie de oficinas y de alquiler residencial por empleado en las principales ciudades del mundo. La recopilación de datos otorga a Hong Kong el primer puesto y rompe con la hegemonía anglosajona, iniciada por Londres en 2011 y a la que cogió el testigo Nueva York en 2016 y 2017.

Hong Kong ha registrado un incremento del 5% en los últimos doce meses, debido, en buena parte, a la limitada oferta de alquileres residenciales, a la creciente demanda de superficie para oficinas por parte de empresas procedentes del área continental y a los nuevos operadores de tecnología y coworking, según enumera el informe. Por su parte, Nueva York ha disminuido su coste de vida un 1,7% en el último año, con 108.200 dólares anuales.

En la capital estadounidense, los alquileres de vivienda se han desacelerado gracias a un exceso de oferta, además de disminuir ligeramente las rentas de los espacios de oficinas.

En Europa, Londres continúa al frente de las citys más costosas, con un gasto anual por empleado de 96.000 dólares, un 2,7% más que en 2017, pero un 1,3% menos en términos de libras esterlinas. A la capital británica le siguen en el ránking continental, Ámsterdam, con un aumento interanual del 16%, hasta 62.800 dólares, Dublín y París. Madrid se sitúa en el puesto 21 del informe, con un incremento del 13,7%, que le ha permitido superar a otra gran metrópoli como Berlín.

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