Entre 1958 y 1961 Rumanía, en pleno régimen comunista, cambió judíos por cerdos y vacas, un pasaje “silenciado” de la Historia reciente de Europa que recupera la periodista francesa Silvia Devillers en “Los exportados”, un relato periodístico novelado que da luz al mayor pogromo antisemita después del de la Alemania Nazi.

El 19 de diciembre de 1961 los abuelos y la madre de Devillers lograron llegar a París tras ser pagado el precio de su libertad, más de 12.000 dólares. Un final “feliz” con unas consecuencias tan atroces para la familia que, con el objetivo de “olvidar”, fueron silenciadas a las siguientes generaciones, la de la autora, quien conoció esta historia cuando los archivos de la policía política de Rumanía se hicieron públicos.

Así lo recuerda a EFE la periodista francesa (1975) durante su visita a Madrid, donde ha presentado este relato novelado (publicado por Impedimenta) que nace tras superar el “laberinto de 30.000 páginas” de esos documentos donde aparecían los nombres de miles de judíos que vivieron este trueque.

Anuncios

Legajos de un “comercio con seres humanos” que se dio en nuestra Historia más reciente y que, según lamenta, no pudo conocer de boca de sus abuelos, Henry y Gabriela: “es mi gran arrepentimiento, pero es algo que vivimos cuando nuestros abuelos ya están muertos”.

Pero sí que pudo hacerlo con su madre, Matilde, la que le reconstruyó la vivencia personal que acompaña a la información que aporta Deviller en “Los exportados”. Eso sí, hacer este libro no le ha salido gratis a la autora, porque ha tenido consecuencias personales: “el diálogo sobre ésto con mi madre siempre estaba lleno de dolor y lloraba y por eso intentaba dejar de lado esta historia cuando era joven, pero ahora tenía edad para escucharlo y contarla yo misma”.

“A mi madre -añade- no le ha sentado bien la salida del libro (un éxito de ventas en Francia) y cuando lo leyó entró en ‘shock’ y desde entonces no me habla. Para ella ha sido recordar dolores muy antiguos y es algo que vivió toda su vida en silencio. En mi familia nunca se habló de que éramos judíos, y ni siquiera yo hablo rumano”.

Eso sí, no sólo se trata de una historia silenciada por su familia, denuncia Devillers, sino también por el “propio gobierno rumano”, ése que permitió que miles de judíos se canjearan por cerdos de Dinamarca, la súper raza de la época, por ganado importado de Brasil o Nueva Zelanda o por máquinas agrarias.

Y también fue silenciada por los propios medios de comunicación de su país que, en 1987, no creyeron tampoco lo que escribió el jefe del espionaje industrial rumano, el general Mihai Pacepa, en su libro “Horizontes rojos”, en el que relata las memorias de sus años junto a Ceausescu (Nicolae, presidente de Rumania) y daba fe de la veracidad de esos documentos de la policía política rumana.

“Los periodistas franceses no se lo creyeron”, dice, y por eso este negocio de vidas humanas no saltó a los titulares de la época.

Henry Jacober, el contrabandista de almas

Éste es el nombre de la persona que ayudó a la familia de Devillers a salir de Bucarest, el mismo que ayudó a miles de judíos y al que la autora no duda en calificar de “exportador”, “contrabandista”, “cínico”, y no un “filántropo” como sí lo fue el empresario alemán Oskar Schindler.

Aunque, reconoce, gracias a Jacober su familia logró huir de la muerte, así como afirma que éste tiene su propio libro, aunque para eso tendría que volar a Inglaterra, donde vivió y donde más información hay sobre este siniestro personaje.

¿Pero quién es?: pues el que en 1958, junto con un mando del gobierno comunista rumano, ideó este macabro intercambio que fue beneficioso para ambos ya que, si bien él se llevaba una comisión por cada operación, Rumanía consentía la salida de judíos a cambio de revitalizar su agricultura, muy dañada tras la el varapalo que sufrió en estos años tras la colectivización de su economía siguiendo la ola del comunismo ruso.

“Yo he contado algo muy escandaloso, pero es algo que acaba bien porque hubo mucha gente que pudo abandonar Rumanía, aunque otra no pudo”, afirma en referencia a esos judíos cuyas familias o amigos, todos exiliados en Francia, Israel o Estados Unidos, no pudieron afrontar el pago que Jacober exigía.

Con un relato salpicado de otros pasajes de lo que el comunismo rumano hizo auspiciado por parte de la comunidad internacional (durante mucho tiempo las valijas diplomáticas rumanas portaban más semen de cerdo que información secreta militar), Devillers quiere con este libro que se conozca este pogromo judío, esta masacre y compraventa de personas que no tuvo repercusiones. 

Publicidad