Algunos escritores compartieron una sesión para hablar sobre la poesía y los tópicos de creación en tiempos difíciles, en los que el contacto humano y la interacción es imposible; la actividad realizada durante esta tarde se transmitió a través de las redes sociales y el canal de videos de #DependientesDeLectores.

En el conversatorio titulado “La poesía en el fin del mundo”, los participantes reflexionaron sobre tal temática y realizaron un ejercicio de imaginación, para repensar este género en momentos de incertidumbre a causa de la emergencia sanitaria.

Para hablar de este tópico, Julián Herbert recurrió a una cita del poeta alemán Gottfried Benn, quien decía que las estrofas se parecen a las catástrofes, y expresó que estos tiempos son propicios para la reflexión poética pues la percepción y la sensibilidad se agudizan, lo que permite la construcción de objetos verbales y vetas de diversa índole, entrelazadas de una manera literaria.

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“Mi sentimiento respecto a la relación entre la poesía y el fin del mundo está más conectado con la idea de lo cíclico y de la recuperación de ciertas tradiciones; para mí este es un momento para volver a mucha de la estética del pensamiento de entre guerras y autores como T. S. Eliot, pues si bien la catástrofe que experimentamos está mucho más diluida, nos permite dialogar con el territorio de la imaginación”.

Por su parte y acerca de tal reflexión, Yolanda Segura dijo que considerar la poesía en el fin del mundo conlleva el riesgo de romantizar este trabajo, de pensar que quienes escriben son seres iluminados que pueden entender mejor lo que está sucediendo, así como suponer que ellos saben a dónde ir. Sin embargo, insistió en la utilización del dispositivo poético para vislumbrar otras maneras de habitar el mundo y no sólo generar una sensibilidad cerrada.

 “Llevamos mucho tiempo insistiendo sobre la condición material de la poesía y considerándola como un artefacto de pensamiento, más allá de conectarnos con algo espiritual, inexplicable… con una verdad y algo más trascendente; creo que muchas experimentaciones y abordajes desde el presente tienen que ver justo con lo contrario: considerar cómo la poesía puede ser un medio de disidencia, incomodidad y de respuesta al contexto que vivimos”.

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