La música, personajes y toda la esencia de “Cri-Cri” está plasmada dentro del Museo Francisco Gabilondo Soler, que se ubica en la parte inferior del Polyforum Cultural Mier y Pesado, en Orizaba, Veracruz.

Este espacio interactivo se inauguró el 12 de mayo de 2017 y desde entonces le ofrece a los visitantes toda una oferta musical y de entretenimiento de este cantautor mexicano, quien nació precisamente en esta ciudad veracruzana el 6 de octubre de 1907.

Al entrar a este museo, que se realizó con el apoyo informativo de la fundación Gabilondo Soler A.C, el público tendrá acceso a tres espacios: en dos de ellos se representan decenas de canciones, a través de sets con figuras de gran tamaño.

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Asimismo, hay maquetas realizadas por artesanos de la región en diversas técnicas como pasta flexible, papel maché, porcelana fría y plastilina, informó en entrevista con Notimex Luis Bautista Luna, coordinador cultural del Ayuntamiento de Orizaba.

En una tercera sala hay una sala multimedia, en la que mediante la interacción de tabletas electrónicas, los visitantes podrán conocer los cuentos y melodías que Gabilondo Soler grabó en la estación radiofónica XEW.

Bautista Luna explicó que este proyecto se concretó, luego de 15 años de haberse planeado, sin embargo no se había podido llevar a cabo porque no se habían conseguido los respectivos derechos de autor.

Ahora, con la citada organización, que se ubica en la Ciudad de México se pudo hacer realidad y llevar a lo físico las figuras y la esencia de Soler, quien falleció el 14 de diciembre de 1990.

“Él siempre quería que cada quien tuviera en la imaginación sus personajes; hicimos una adaptación de estos”, indicó dentro de este museo, cuyo acceso es gratuito, que abre todos los días de las 11:00 a 19:00 horas y que se encuentra en la calle Oriente 6, número 1653, en el centro de este Pueblo Mágico.

Este museo está decorado con algunos árboles muy característicos de la zona: los ahuehuetes, imágenes referentes a las canciones de “Cri Cri”, como por ejemplo de “Metete Tete” o al “perrito” que le duele la muela.

“Hay muchos personajes, tenemos 12 sets en las cuales están: el ratón vaquero, la muñeca fea, la patita, la abuelita, los temas más representativos que la gente escuchaba; en total son 82 melodías, que también se pueden escuchar en toda la sala, en cada set”, subrayó.

En algunas paredes de este museo se encuentra una línea del tiempo en donde se ve la vida de Gabilondo Soler, está toda su historia, desde cómo llegó a la Ciudad de México, cómo se volvió famoso en la XEW y todo el apoyo que tuvo de su esposa la actriz de los años 30 y 40 Rosario Patiño, quien fue su gran apoyo.

Igualmente en esta línea del tiempo se enseña cuándo y cómo el compositor llegó al éxito, a la radio y durante más de cuatro décadas fue como llegó a triunfar con la música para los niños.

Además de la ayuda de la mencionada fundación, el curador del museo utilizó para nutrir esta exposición libros de la familia, quienes supervisaron fotografías, impresiones, ya que todo estuvo bien cuidado.

“Sobre todo trabajamos con artesanos de la región, que es lo importante, todo está hecho en papel maché, hay vitrinas que tienen figuras hechas con técnicas de plastilina, el migajón, pasta flexible; hay infinidad de piezas, que a la gente le encanta, hay muchos detalles”, puntualizó.

Las figuras de “El comal y la olla” están en una maqueta en la cual se puede ver una cocina recreada de esta ciudad “invitamos a toda la gente que visite este museo”, afirmó.

Cabe mencionar que Soler vivió su juventud en Orizaba; entre los 12 y 13 años viajó a la Ciudad de México a ver a su padre “aquí se inspiró con la abuelita, su abuelo el coronel, las hormigas, el agua, las fuentes, los ríos, él era muy aventurero, le gustaba el box.

“Fue un hombre muy inquieto, ya traía la música por dentro y logró a llegar a consolidarlo”, informó Bautista Luna, quien cree que este museo refleja el legado del músico, que busca seguirse conservando.

Opinó que las nuevas generaciones tocan muy poco esta música, “en los preescolares se siguen utilizando, en las primarias ya casi no, hay que mantener este legado, siendo orizabeño quisimos hacer un homenaje con este museo”.

Hay días que llegan a este lugar hasta cuatro mil personas, en fines de semana, en temporadas de vacaciones y “es agradable ver los comentarios, sobre todo de la gente adulta que creció con esta música”.

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