Una investigación de los musicólogos españoles Anna Costal, Joaquim Rabaseda y Josep Gay sitúa el ‘boom’ y la popularización de las habaneras casi medio siglo antes de la Guerra de Independencia de Cuba, que supuso el fin de la soberanía española sobre la isla caribeña.

El estudio, recogido en el libro “Les primeres havaneres a Catalunya (Las primeras habaneras en Cataluña)”, señala que las habaneras pasaron por Madrid antes de llegar a esa región española y, coincidiendo con la exaltación de la Guerra de África de 1859, se transformaron en “un gesto de orgullo nacional para mantener la imagen pública del imperio español, la idea de un reino fuerte, bélico y colonial”.

También en Cataluña, añaden los autores, las habaneras se convirtieron en un símbolo.

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Cuando en 1881 se representó por primera vez la ópera “Carmen” en Barcelona, la protagonista de la historia se exhibía a ritmo de habanera sobre el escenario.

Célestine Galli-Marié, la misma mezzosoprano que había estrenado la ópera seis años antes en París, cautivó el público y su potente presencia escénica se vio reforzada por “un ritmo que los catalanes conocían, cantaban y bailaban desde hacía décadas”, apuntan los musicólogos.

Aunque en el imaginario sobre las habaneras había quedado fijada la relación con la pérdida de Cuba, su popularización se produjo a mediados de siglo XIX: “Las cantaban los pescadores, efectivamente, pero también los obreros de las fábricas, los personajes de las zarzuelas, los cantantes profesionales, los músicos de calle, los hijos de las clases dirigentes”.

Antes de la independencia de Cuba, las habaneras ya hablaban de la guerra, de los soldados catalanes, de la sensualidad perturbadora de las mujeres de ultramar y de todos los tópicos del amor romántico.

La habanera, conocida en Cataluña con el nombre de ‘americana’, invitaba al baile lento y su ritmo cadencioso intensificaba la intimidad de las parejas que se cogían para bailar en teatros, salas de baile, entoldados, plazas y calles; y “por eso se asoció al pecado, a la transgresión social, a las actitudes rebeldes”.

El libro presenta la habanera como un “fenómeno urbano y contemporáneo”, enmarcado en la cultura catalana de la época romántica y partícipe de los nuevos mecanismos de creación, edición y distribución de la sociedad del espectáculo del siglo XIX.

La obra describe el perfil de los compositores de habaneras catalanes de esta época: “músicos que no habían ido nunca a Cuba y que, en general, formaban parte de orquestas de teatros de ópera y de orquestas de baile”.

También pone de relieve el papel que tuvieron las mujeres en la interpretación y difusión de las primeras habaneras.

Los autores vinculan las primeras habaneras cantadas en catalán a la escena lírica barcelonesa relacionada con el republicanismo federal durante el Sexenio Democrático (1868-1874) y a la reivindicación del abolicionismo de la esclavitud.

La edición del libro es el resultado de una investigación promovida por la Fundación Ernest Morató, cuyo objetivo es la investigación, conservación, difusión y promoción del género de la habanera.

Doctores en Musicología por la Universidad Autónoma de Barcelona y profesores en la Escuela Superior de Música de Cataluña investigan conjuntamente desde hace quince años varios aspectos del patrimonio musical catalán, combinando su estudio y divulgación con una mirada global. 

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